MAY. 26 2017 Fútbol internacional El tercer y último tiempo Días de despedidas de Totti, Lahm, Xabi Alonso o Terry, de ascensos como el del Stuttgart o de títulos históricos como el del Rijeka. Joseba VIVANCO Ríos de cerveza despidieron este fin de semana en un caldeado Allianz Arena al pequeño capitán bávaro Phillip Lahm, festejando a la par un nuevo título para el Bayern de Munich. Lo hace tras quince temporadas como profesional, con tan solo 33 años. El jugador más inteligente que se había encontrado nunca, glosó una de sus mayores virtudes Pep Guardiola. 667 partidos en sus piernas, ni una sola cartulina roja, ocho Bundesligas... Cuando Lahm debutó, Francesco Totti llevaba diez temporadas en la Roma y ya había ganado una Serie A. Il Capitano está de despedida. Y hasta sus rivales más acérrimos le demuestran respeto. ‘‘Los enemigos de toda una vida saludan a Francesco Totti’’, rezaba una enorme pancarta sostenida por los tifosi más ultras de la Lazio, un gesto que honra al fútbol por encima de enconamientos. Salió en el minuto 86 en la victoria 3-5 de la Roma, triunfo que les coloca segundos, un punto sobre el Napoli, a falta de una jornada en la que Totti podrá despedirse en el Olímpico ante los suyos. Entramos en el tercer tiempo, en este caso el de las despedidas y los balances. Se va Totti, se va Lahm, nos dice adiós también el tolosarra Xabi Alonso, un hasta siempre lo que deja atrás el gran capitán del Chelsea campeón John Terry, aclamado en su bye, bye en Stamford Bridge. 18 campañas, 17 entorchados. John Terry, once blue, always blue... No obstante, podría seguir en activo y veremos si es en algún estadio donde era habitual el cántico ‘‘John Terry he's shagged all your wives’’ (John Terry se ha follado a todas vuestras mujeres). Teniendo en cuenta que a Wayne Rooney sus propios aficionados, tras ser sorprendido ebrio, le corearon ‘‘Rooney's on a bender’’ (Rooney está de borrachera) cuando salió a calentar... Son los momentos, los instantes, las imágenes, los imponderables de un deporte cada vez más mercantilizado, encorsetado y muchas veces vulgarizado, pero que se resiste todavía y siempre al invasor, como los bravos galos. Y es por ello que con los campeones continentales ya decididos, en muchos casos con tiempo de antemano, siempre nos quedará un Feyenoord que levante la ensaladera 18 años después de la última vez, o un Spartak de Moscú que hace lo propio 16 años más tarde, o que el Celtic sea el primero en acabar invicto la Premiership escocesa desde que lo hiciera el Glasgow Rangers en 1899 o que el Aberdeen gane en el mismísimo Ibrox Park por primera vez desde 1991. Todo es posible, nada está escrito. Ni siquiera que en la Liga croata un tercero en discordia rompa con el binomio hegemónico de Dinamo Zagred –campeón las últimas once ediciones– y Hajduk Split. Y no ha sido otro que el Rijeka, que este fin de semana verá cómo el subcampeón y ‘tirano’ del fútbol del país tendrá que hacerle el pasillo en la última y simbólica jornada. Ese día sonreirá el artífice de que el club de la costa dalmática se haya proclamado campeón por primera vez en su historia. Gabriele Volpi, un septuagenario empresario italiano que gestiona puertos en el continente africano con los que de paso el Gobierno croata ha empezado a cerrar negocios, aparece en los ‘Papeles de Panamá’ o del FBI, y atraca en Rijeka a bordo de su yate de las Islas Caimán. Una ciudad en su tiempo asentada por italianos, anexionada por Benito Mussolini y recuperada por Josep Tito, renace futbolísticamente de la mano, o del dinero mejor dicho, de otro italiano. Dinero contante y sonante es el que comienza a circular en este tercer tiempo. Movimientos de entrenadores, de delanteros, de figuras... De momento pocos más mediáticos que el icónico Marcelo Bielsa, presentado esta semana en el Lille con la promesa de sonreír más y mirar a los periodistas de frente, como reconoce le ha pedido su mujer. Y de momento, en su presentación, lo consiguió raspado. La Ligue 1 que viene El Mónaco ganó la Ligue 1, un proyecto bien construido y trabajado, sin disparates, y dispuesto a mantener contra viento y marea al extraordinario Kylian Mbapé. Título que ayudó de paso a que Le Championat haya recuperado prestigio y más lo hará la próxima campaña con la perspectiva de tener al ‘Loco’ rosarino al frente de los ‘dogos’, imaginar la nueva disputa entre Mónaco y PSG, pensar en el ambicioso proyecto que prepara Andoni Zubizarreta como director deportivo en el Olympique de Marsella –vuelve a Europa League– o el dinero del que va a disponer el Lyon, sobre todo tras la venta al Atlético de su artillero Alexandre Lacazette, que se ha despedido haciendo lo que mejor sabe, goles, un doblete para alcanzar el centenar en menos de trescientos partidos. Todos ellos aspirarán a hacer más competitiva la Liga francesa, esa de la que se salvó sobre la campana el modesto Caen. Y lo hizo en un final de infarto. Se la jugaba nada menos que ante el PSG, en el mismísimo Parque de los Príncipes. Se adelantaron los de Unai Emery, los visitantes necesitaban al menos el empate y allá que fue su jugador Rodelín a fallar una pena máxima en el minuto 75. Pero lo que el fútbol te quita, te lo da. Y fue el propio Rodelín el que anotó la igualada en el 91. Algo parecido a lo que vivió el Amiens, que necesitaba de un punto para confirmar su ascenso a Ligue 1 y lo logró en el minuto 95 de partido. El Hamburgo vuelve a salvarse Descensos y ascensos. El pan de cada última jornada. Que se lo digan al ‘dinosaurio’ alemán, el Hamburgo, el único club que nunca ha descendido en la Bundesliga, se la jugaba este fin de semana. Ahí estaba el mítico reloj de su estadio, contando los días en la máxima categoría, flirteando con la Segunda división estos últimos años, volvió a salvarse sobre la bocina y su hinchada lo festejó como un título. Como lo celebró la fiel afición –50.600 espectadores de media en Segunda división, más que la de Juventus, Mónaco o Chelsea– de otro club no menos histórico, el Stuttgart, que tras bajar la temporada anterior, regresa para volver a dar guerra a los grandes de Alemania. Una Bundesliga postGuardiola en la que el Bayern –por cierto, ha hecho contrato profesional al hermano de Mario Götze, Felix, si bien jugará en el filial– ha sido el mejor –quinto título consecutivo– de la mano de un excelso Thiago Alcántara. Eso sí, el gabonés Aubameyang ha terminado por delante de Lewandowski en la carrera por ser el máximo törjager, merced al doblete en la última jornada, llegando a los 31 goles, uno más que el ariete polaco que no dudó en felicitar al borussser. En la Premier, Harry Hurricane Kane destrozó las redes rivales a goles. 29 dianas. Entre semana los Spurs arrollaron 1-6 al Leicester –que en la última jornada en casa invitó a cerveza y agua a sus hinchas– y el domingo 1-7 al Hull, con siete goles en total del delantero inglés. El Tottenham de Mauricio Pochettino acaba segundo y superando su récord de puntos en la historia de la Premier. Enorme campaña si tenemos en cuenta que Arsenal y United se han quedado fuera de los cuatro primeros puestos, algo que no ocurría desde la 1978-79; es más, los Gunners no jugarán Champions por primera vez desde hace veinte años... y en esa ocasión a la siguiente temporada ganaron la liga. ¿Será con Wenger? En el Emirates Stadium le han sobrevolado avionetas clamando ‘‘Wenger out’’, aunque en el resto de estadios le han recibido con un sarcástico ‘‘Arsène Wenger, we want you to stay’’. ¿Qué dice él? «No será mi último partido porque seguiré en el mundo del fútbol», y de momento este sábado se juega la final de la FA Cup ante el Chelsea. Cuenta atrás desde ya para una emociante Premier con el United que se reforzará, el City que hará lo propio, el regreso del Newcastle de Rafa Benítez... Cómo será la Premier League que el Sunderlund, colista, ingresará por esta temporada que acaba 100 millones de libras por derechos televisivos; el Chelsea, campeón, 152 millones. El Swansea, que ganó in extremis en la última jornada, adelantó dos puestos gracias a esa victoria, es decir, 4 millones más. Números mareantes que pondrán patas arriba el mercado veraniego. Pero esa será otra historia. Eso sí, hasta la próxima temporada, tengan cuidado ahí fuera...