MAY. 26 2017 WILSON Manual Sundance, o la agridulce reconquista de la vida familiar Víctor ESQUIROL Craig Johnson es uno de esos muchos directores proyectados por el Festival de Sundance... y eclipsados por la sombra de esta cada vez más grande factoría de cine independiente. Las películas en su hoja de servicios son pruebas de facto del último boom de dicho certamen, el cual, en su obsesión por alejarse de las corrientes principales de la industria cinematográfica, ha caído en la paradoja de crear la suya propia. Así, lo que en un pasado no muy lejano se definió como alternativo, ahora mismo parece más preocupado por rendir tributo a sus propias fórmulas, que no a seguir buscando nuevos caminos en el entretenimiento para las grandes masas. Aplicado al caso que nos ocupa, tenemos a un cineasta inamovible en ese supuestamente perfecto equilibrio entre el drama y la comedia, resuelto este casi siempre en favor de lo segundo. Estamos en los previsibles terrenos de la “feel good movie”, ese agridulce recordatorio de los baches por los que pasamos en el viaje de la vida antes de llegar a, repetimos, un final razonablemente feliz. El viajero de esta función es ni más ni menos que Woody Harrelson, quien interpreta a Wilson, un torpe misántropo que se acaba de reconciliar con su ex mujer (Laura Dern). El feliz reencuentro se ve aderezado por la inesperada entrada en escena de Isabella Amara, la cual encarna a la hija adolescente de dicha pareja. Con todas las fichas puestas sobre el tablero, Johnson da otra lección de dirección con el piloto automático puesto. Como ya sucediera en su anterior película, “The Skeleton Twins”, se produce un traspaso de responsabilidades que termina en el conjunto de actores. Por suerte, tanto los principales como los secundarios están lo suficientemente entonados como para elevar las gracietas que les brinda el guion. Todas ellas vistas, oídas (y reídas) antes; todas ellas igualmente efectivas.