MAY. 26 2017 ENTRE LOS DOS Una segunda oportunidad: libertad y familia condicional V.E. Aprovechando la popularidad de la serie “Juego de tronos”, llega a nuestras salas el debut en el largometraje de Mark Noonan. Se trata de una de estas producciones tan pequeñas, y con un perfil artístico a priori tan discreto que, como se ha dicho, tiene que servirse de factores más o menos externos para cruzar las fronteras de su propio territorio. Desde la Irlanda más inhóspita, una película que mezcla dos de las que históricamente han sido las mayores virtudes del cine de las islas británicas. Las pinceladas sociales conviven con los apuntes familiares en este drama sobre el impacto emocional de las segundas oportunidades. Aidan Gillen, cara más reconocible de este proyecto, se pone en la piel de Will, un convicto al que la vida le ofrece uno de esos tratos tan atractivos a simple vista, como peliagudos en la incontable cantidad de posibles implicaciones. La situación es más o menos parecida a la propuesta por Kenneth Lonergan en “Manchester frente al mar”: debido al repentino fallecimiento de su hermano, un hombre tendrá que hacerse cargo de su sobrina, en plena etapa pre-adolesctente. A esta ecuación, ya de por sí difícil de cuadrar, se le añade el factor carcelario, pues el protagonista de la historia es un convicto pendiente de que la administración le conceda la libertad condicional. Se sientan así las bases de una complicada convivencia familiar, situación que Noonan maneja con sobriedad y toda la buena cara que permiten las circunstancias. Tanto desde la dirección como desde la escritura, este debutante se atreve a profundizar en las relaciones humanas más complejas. Lo hace cediendo espacio al paisaje de las midlands irlandesas, el cual se convierte en el recipiente y reflejo perfecto de una emoción siempre a flor de piel.