La 70ª edición del Festival de Cine de Cannes concluyó el domingo pasado, pero sus secuelas prometen acompañarnos durante lo que resta de temporada. Cosas de ser el mejor certamen del calendario; cosas de los asuntos irresueltos. En el alboroto de la Croisette, nos faltó tiempo para analizar la situación. Ahora que disponemos de ello, no está de más repasar la secuencia de declaraciones y dardos envenenados lanzados estos últimos días entre Pedro Almodóvar y los representantes de Netflix. Allá vamos:

En el primer día de festival, el cineasta manchego declara (en calidad de presidente del jurado) que sería una lástima ver una Palma de Oro fuera de las salas de cine (en una clara referencia a la política de ciertas empresas de Video On Demand en el estreno de sus productos directamente en el mercado hogareño). Acto seguido, Ted Sarandos, CEO de Netflix, contesta afirmando que «siempre será mejor ver el cine en una pantalla pequeña que no verlo en absoluto».

Más madera: Pocos días después, se filtra un supuesto pacto entre el director español y dicha plataforma de VOD para la producción de una serie... Bomba mediática desmentida, ipso facto, por El Deseo, la productora del propio Almodóvar. Así de revueltas andan las aguas entre la “gran” y la “pequeña” pantalla. Dos bandos que aún no saben si optar por el matrimonio de conveniencia o si por la guerra.