Las motos en la plataforma MoviStar se ofrecen con un planteamiento total. Horas en directo, personal especializado en todos los puntos sensibles, una realización ágil, comentaristas con conocimientos aunque no tengan el don de la emoción en su voz, gente nueva, joven, pero muy preparada, es decir es una apuesta de futuro, globalizante, porque tiene la exclusiva y además patrocina varios equipos que compiten, una autopromoción constante, total.

Se puede estar tres días enganchado a las evoluciones de las motos en todas sus categorías porque han dado con una forma de involucrar a los aficionados, a los moteros, desde todas las redes, buscando todas las posibilidades de interactuar. Es ameno, divulgativo, muy centrado en los asuntos propios, los pilotos españoles que además dan mucho juego porque ganan campeonatos, son una fuerza importante aunque no haya marcas de motos propias, pero sí patrocinadores de diversa orden, como Karlos Argiñano. Lo que de verdad me deja muy sorprendido es la facilidad de palabra de algunos corredores, su fuerza mental y equilibrio. Fascina que sean capaces, una vez terminada la carrera, de analizarla y contar cómo van regulando a trescientos por hora sus deseos, sus impulsos, poniendo en marcha una maquinaria mental de autocontrol para saber cómo negociar el desgaste de las ruedas, la fuerza del motor, los riesgos, algo que hacen algunos jóvenes con una lucidez que sobrepasa lo normal.

Son eventos de masas con miles de seguidores en los circuitos y millones por las retransmisiones televisivas. Un deporte marquista, absolutamente publicitado, muy dirigido a una inmensa clientela que disfruta de estas carreras que trasmiten emoción y que han logrado evolucionar técnicamente para poder seguirlas con minuciosidad. Televisión total.