JUN. 08 2017 CRÍTICA «Como la espuma» Una orgía sin chispa Koldo LANDALUZE En su tercera experiencia en solitario, Roberto Pérez Toledo vuelve a incidir en un tema que ha tratado en diferentes oportunidades a lo largo de su prolífica carrera como cortometrajista y que giran en torno a la temática del sexo y las relaciones personales dentro de un contexto humano en el que los protagonistas intentan encontrar su lugar en el mundo. Si bien el tema puede dar para mucho y teniendo en cuenta que el cineasta se ampara en el siempre sugerente reclamo de una orgía, todo lo que topamos en “Como la espuma” se resume en un encadenado de situaciones que ensalzan el canto a la vida y a los placeres y con diálogos reiterantes que en absoluto alimentan el interés de lo que se pretende plantear. La excusa que maneja el guion se centra en una fiesta que ha sido organizada para un joven que a resultas de un accidente ha quedado atado a una silla de ruedas. A partir de ese instante la situación deriva hacia el epicentro lúdico-festivo de una orgía de diseño en la que un bosque de torsos bien torneados impide ver lo que oculta dicha frondosidad de testosterona calibrada. Poco o nada descubrimos en las historias que se entecruzan en este carrusel que traiciona la libertad transgresora de una orgía filmada desde la perspectiva de una silla de ruedas. La fiesta se torna en aburrimiento porque el humor no hace acto de presencia y en las contadas ocasiones en las que lo hace todo queda en un intento de subversión salpicada de frases ampulosas y situaciones chirriantes que tienden a subvertir la moralidad mediante un discurso vitalista. Para colmo de males, las interpretaciones van a la par de un conjunto que quiere ser una especie de metáfora de una realidad distorsionada que, al menos yo, no alcanzo a reconocer en su totalidad.