El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, acompañado del vicepresidente, Oriol Junqueras, arropado por todos los consellers, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, los miembros soberanistas de la Mesa y diputados de JxSí y la CUP, anunció ayer finalmente la celebración del referéndum de independencia con una pregunta clara: «¿Quiere que Catalunya sea un Estado independiente en forma de república?», formulada en los tres idiomas del país: el catalán, el español y el francés. Y reveló que tendrá lugar el 1 de octubre, domingo.

En su comparecencia, realizada en en el Pati dels Tarongers de la Generalitat tras una reunión extraordinaria del Consell Executiu, Puigdemont destacó que «toca a los catalanes decidir su futuro» y «demostrar que la democracia nos une por encima de las legítimas y saludables discrepancias que caracterizan toda sociedad madura y convivencial, que sabe tomar las decisiones por ella misma y respetar todas las opciones de respuesta a la pregunta formulada».

Remarcó que el Ejecutivo catalán «se conjura para ofrecer todas las garantías y velar por la rectitud del proceso de convocatoria, organización y celebración del referéndum», y llamó a la ciudadanía catalana «a asumir colectivamente, con la máxima dignidad y exigencia, el ejercicio de un derecho inalienable: el derecho de las personas a decidir libremente el futuro de su país».

Carles Puigdemont destacó que todos los intentos de negociación con el Estado han sido respondidos con un «no». Y el vicepresidente, Oriol Junqueras, apostilló que Madrid «ha negado la posibilidad a los ciudadanos de Cataluña de decidir su futuro a través de su voto y lo ha hecho en al menos dieciocho ocasiones».

La CUP, satisfecha

Nada más conocerse el anuncio de Carles Puigdemont, la CUP desplegaron una intensa actividad en las redes sociales, defendiendo el sí como respuesta a la pregunta del referéndum.

Mediante una breve valoración inicial, la diputada de la CUP Gabriela Serra aseguró que «finalmente estamos donde teníamos que estar: un referéndum unilateral y tenemos fecha y pregunta».

Colau lo quiere con garantías

La alcaldesa de Barcelona e impulsora de Catalunya En Comú, Ada Colau, apoyó ayer un referéndum «con garantías». «Seguiremos trabajando para hacerlo posible», dijo en Twitter.

El secretario general de Podem Catalunya, Albano-Dante Fachin, aseguró por su parte que no pueden dar la espalda al «clamor mayoritario» de la sociedad catalana para votar en un referéndum sobre su futuro político, al margen del Govern que lo convoque.

Subrayó que «ante este clamor popular Podem Catalunya no mirará hacia otro lado. Y la movilización, como motor del cambio político y social, es imprescindible. No daremos la espalda a ello». Añadió que el nivel de participación hará que el referéndum sea o no vinculante.

 

La Moncloa responde con altanería

El portavoz del Gobierno español, Iñigo Méndez de Vigo, aseguró ayer que el día 1 de octubre no se celebrará el referéndum de independencia en Catalunya anunciado por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y afirmó que el Ejecutivo tomará medidas contra «cualquier actuación» que suponga pasar del anuncio a los hechos. Unas advertencias que no se entienden muy bien si, como se jactó el ministro portavoz, el anuncio de ayer fue «una escenificación que trata de disimular la soledad de los convocantes. Muestra que cada vez son menos y que han fracasado todos sus intentos de buscar nuevos aliados en su hoja de ruta. Solo están ya los más radicales».

Por su parte, el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, declaró que la Fiscalía actuará con «toda energía» si llega el momento y los acontecimientos «lo aconsejan», porque con meras «opiniones o deseos» no es suficiente.

Entre tanto, desde el PSOE comenzaron a surgir voces pidiendo salidas intermedias. El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, pidió «devolverle el Estatuto que fue anulado por el TC». El de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, vio en el anuncio de ayer «una oportunidad de renovar el compromiso como país». El de Valencia, Ximo Puig, abogó por el diálogo para evitar el choque de trenes.GARA