Raimundo Fitero
DE REOJO

Desiertos

En un canal temático de mi plataforma ofrecen una serie que nos descubre los desiertos. Los de siempre, los últimos que se han creado, las características de la vida, en todos los sentidos, en esos espacios y sus alrededores. El desierto que se ha producido en los últimos cincuenta años es el del mar de Aral en Kazajistán. Pueblos y ciudades desaparecidas en sus orillas. Pescadores sin posibilidad de faenar, una cadena de desapariciones, de abandonos, de muerte. Pero en medio de esa sensación de impotencia, unos grupos de habitantes de la zona permanecen, esperanzados, conspirando contra un destino forzado. Para ir a pescar deben recorrer kilómetros para llegar al nivel actual de ese mar desecado, se dice que por obras de ingeniería hidráulica a mucha distancia de donde se provoca la desertización. Desastre provocado por acciones de los humanos contra sí mismos.

Si por un lado sube el nivel de los océanos debido al deshielo de los casquetes polares por el efecto invernadero, que es producto de la emisión de gases, y además las sequías y el aumento de la temperatura de este planeta hacen que los desiertos vayan creciendo de manera constante y afecten a más hectáreas, lo que está haciendo el hombre naranja de apellido Trump, ¿no es un crimen de lesa humanidad? Lo hace de manera despótica. Pero hay unos cientos de dirigentes políticos más que solamente escuchan a las petroleras, a los fabricantes de automóviles y no a los que saben y advierten de que estamos provocando una desgracia irreversible que pone en peligro la vida del futuro.

Lo increíble viendo esta serie es comprobar que existen grupos humanos que consideran el desierto su tierra, y la habitan, saben sobrevivir en condiciones extremas. Quizás debamos copiar sus costumbres para educar a nuestros  nietos.