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DE REOJO

Libros


Alfonso Guerra fue diputado en Cortes durante décadas y se le veía siempre en su escaño leyendo un libro. No queda claro si era una pose, una denuncia o un desafío. En las dos mociones de censura que la gente de Pablo Iglesias ha perpetrado para entretener a los medios de comunicación y seguir ocupando cuota de pantalla, la actitud de los miembros de la banda de Rajoy ha sido de una debilidad política total. Insultos, silbidos, pateos, como si estuvieran en un partido de padel o en una comida de su escuadra falangista. No respetan a nada ni a nadie. Creen que eso les da votos, que al facherío les gusta verlos así, tan autoritarios, pero tan descerebrados que dan risa.

Lo cierto es que en la moción ha Rajoy el tono se ha elevado. Me parece muy floja parlamentaria Irene Montero, pero ha hecho de poli malo y después ha salido Pablo, su pareja, y ha hecho de cuñado conciliador. Enfrente, los de siempre, con sus mismas actitudes, leyendo libros, escribiendo en el teléfono, peor de manera ostensible, para que se les viera. El desprecio al adversario. El desprecio a los ritos parlamentarios, a la propia constitución que tanto aman cuando les sirve para cobijarse. Desde luego la estrategia de Podemos es bastante líquida, oportunista, de alharacas, pero sin hacer mucho, simplemente en las horas que llevamos de sesión ya se ha visto que la imagen de borrokalaris de los de la banda crece de manera exponencial.

Los libros como gesto de desprecio en las manos de ese Ministro que cría caballos de pura raza y que de vez en cuando pasa por una sala de prensa a defender con voz clara las tropelías del ejecutivo es asunto más nocivo. Es de Educación, Cultura y Deporte. Y no tiene espíritu deportivo, muy poca educación y la cultura no debería adquirirla leyendo libros de autoestima en horas de trabajo.