Raimundo Fitero
DE REOJO

Otoño

Al despertar notó que el otoño está aquí. Bajar la temperatura veinte grados de golpe no augura nada bueno. Sigo mirando a las estrellas para ver si alguien me escribe un jeroglífico de amor en el manto celestial. ¿Estamos en un otoño climático que anuncia un verano convulso política y económicamente? O simplemente es un otoño metafórico en las cadenas y canales que viven de los desguaces de la política actual tan otoñal y melancólica. Solo nos queda el orgullo.

Se han cumplido algunas de las sospechas del tongo en “MasterChef”, una franquicia de TVE que cosecha los mejores resultados de audiencia en la primera estatal y que hemos sabido las condiciones en las que mantienen durante tres meses a los concursantes con un salario mileurista pelado. Sí ha ganado un varón joven, al que todos y todas le echaban piropos, que además ligó dentro con una pija catalana de premio, un exfutbolista de ojos azules que era lo que todos los denunciantes de irregularidades señalaban como protegido. Una edición que ha pasado. Ya están con otra y otra, los pequeños, los famosos, una máquina de vender delantales y productos de cocina.

Hablando del orgullo, en un periódico han pixelado las caras de una policía y de su perro de servicio cuando salían de la estación de Chueca. Estos de la derecha se exceden en casi todo. Acaban de imputar a Mauricio Casals, hombre de la cúpula directiva de “La Razón”, Planeta y Atresmedia, acusado de desviar dinero de subvenciones entre otros chanchullos. Uno más de ese núcleo de poder mediático metido en todas las tramas de corrupción de la banda y sus conexiones.

Lo de Paco Marhuenda empieza a ser muy excesivo. Parece que estemos entrando en el otoño de un sospechoso de casi todo, muy charlatán. Como es policía honorario le deberían pixelar la cara en la tele.