Mikel CHAMIZO
QUINCENA MUSICAL

Bach y Venecia en Santa Teresa

El Ciclo de Música Antigua de la Quincena Musical se inauguró el lunes en Santa Teresa con el habitual cartel de “Entradas agotadas”. La fidelidad del público a este pequeño ciclo es inquebrantable, y no deja de sorprenderme el comprobar que ciertos rostros familiares reaparecen en las mismas localidades fijas año tras año. Parece que el tiempo se detenga en el interior de este templo donostiarra, como en un hechizo provocado por la atemporalidad de las músicas que resuenan en sus muros. En lunes, concretamente, nos remontamos a la primera mitad del siglo XVIII, período en el que se desarrollaron las carreras de Evaristo Dall’Abaco, Tomaso Albinoni, Antonio Vivaldi y Johann Sebastian Bach. Enfrentar a este último con sus colegas italianos tenía pleno sentido, pues el programa pretendía mostrar la influencia italiana en la obra del alemán. Para ello, se escogieron cinco ejemplos de una de las formas musicales más populares en la época, la sonata a trío.

El concierto comenzó realmente bien con las obras de Dall’Abaco y Albinoni, el primero un descubrimiento para muchos y el segundo, aunque popular, pocas veces interpretado. Sus músicas, luminosas y lúdicas en sus juegos contrapuntísticos, fueron el mejor vehículo para lucir las virtudes del Insieme Strumentale di Roma, que realizó un magnífico trabajo camerístico: los dos violines se mostraron ricos en recursos, fundiéndose en una sola sonoridad o bien destacando individualmente cuando era pertinente, y la violonchelista en el bajo continuo aportó el espectro grave pero integrándose plenamente en el sonido de las cuerdas, con sutileza y sin polarizar el grupo. Hubo un punto negro en la velada: la obra de Bach, una reconstrucción de la sonata a trío para órgano realizada por el director del grupo, Giorgio Sasso. El arreglo abundaba en imperfecciones estilísticas que Bach nunca habría cometido. La ejecución del grupo se resintió además aquí, para recuperarse otra vez con una nueva sonata de Dall’Abaco y las espectaculares variaciones de la “Sonata La Folía” de Vivaldi.