José Ignacio Ansorena Miner
Músico
KOLABORAZIOA

La Parte Vieja, el turismo y nuestros políticos: la confusión

Hace pocos días la asociación de vecinos de la Parte Vieja donostiarra organizó una rueda de prensa para dar a conocer el manifiesto sobre el derecho a vivir en el barrio. Esta asociación, de la que tan solo soy colaborador, lleva años desarrollando una actividad digna de elogio por su seriedad, paciencia y generosidad. Realiza, en gran medida, una tarea que corresponde a la administración municipal, pero que esta no cumple.

Hay prevista, por llamamiento de algún grupo político, en pocos días una manifestación contra el modelo de turismo en nuestra ciudad, lo que acaso haya confundido un tanto a la opinión pública. La asociación Parte Zaharrean Bizi no tiene nada en contra del turismo. Es más, los problemas que denuncia son muy anteriores a la explosión de este fenómeno entre nosotros, que, es cierto, los ha agravado.

¿Cuáles son los problemas? Los provocados por un desmesurado y descontrolado crecimiento de la hostelería (en la que se incluye la toma de posesión por parte de esta de calles y vecindades, con pisos turísticos y pensiones…), y de los festejos organizados en las calles y plazas del barrio: ruido a todas horas, imposibilidad de descanso para el vecindario, suciedad y consiguiente escándalo de la brigada de limpieza, problemas de accesibilidad a los domicilios… Todo ello aderezado con unos equipamientos comunitarios muy escasos.

Ante estos movimientos populares, nuestros políticos han reaccionado, creo que confundidos. Eneko Goia cree que todavía estamos a tiempo de arreglar el desafuero. Y parece dispuesto a intentarlo. Pero tendrá que poner mucha más energía en el juego, porque de momento además de la gran ventaja que le llevan los problemas, cada semana que pasa, le adelantan un par de casillas por lo menos.

El concejal Ernesto Gasco ha publicado en su cuenta de twitter un comentario frívolo e interesado con una foto, en que da a entender que la saturación denunciada no existe o es muy exagerada. También se confunde: tomarse a chirigota esta cuestión dice muy poco bueno de él. Y enseña la patita. Es el mismo concejal que, junto a su compañero Denis Itxaso, ha negociado a callandas un convenio con el grupo Barrabés, para que el convento de Santa Teresa –sobre el que llevaban dos años de conversaciones con la ikastola Orixe, del barrio– pase a ser utilizado por este grupo empresarial. Habrá que hacer barracones para los niños.

Finalmente, tercia en la polémica Odón Elorza. Declara que él ya avisó a sus sucesores de lo que venía con el turismo y que van tarde. También se confunde o no se acuerda. El problema no es el turismo, ya lo he dicho. Viene de antes, precisamente de su largo período en la alcaldía. En su mandato se abrieron numerosas tabernas ilegales, que luego fueron reconocidas y comenzó, con entusiasta apoyo por su parte, la proliferación de terrazas. Recuerdo que, ante la alarma suscitada entre los vecinos de la plaza de la Constitución por el interés de Odón en fomentar las terrazas en la plaza, Parvisa convocó una reunión. En ella, su gerente insistió, en nombre del señor alcalde, en que las terrazas serían muy limitadas, de gran calidad estética y estarían, en todos los casos, recogidas a las doce de la noche. Con esos argumentos consiguió que los vecinos aceptaran su empeño. ¡Vaya broma!

Hoy un reportaje sobre la cuestión de “El Diario Vasco” indica en su título que nuestros políticos confían en que no se confundan los problemas de gestión del turismo con el rechazo a esta actividad. Yo no confiaría. Si ellos se confunden tanto, los demás también pueden hacerlo. Y además, cuando la calidad de vida se encuentra tan afectada, las personas tendemos a no ver claro y a confundirnos.