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Urkullu y Cía.: ¿Y si nos cambiamos los sueldos?


No nos engañemos. Quienes nos dicen que ya hemos salido de la crisis económica, nunca han estado en ella. Son sumisos a la élite económica. Son quienes elaboran o defienden las leyes contra el pueblo trabajador con el pretexto de «chupar» más del bote o de decir que están preparados para dar el salto a algún consejo de administración para multiplicar sus nóminas sin pegar ni clavo.

La precariedad es extrema. Hasta julio se firmaron 6.720 contratos fijos menos que en 2008 y, a la vez, se rubricaron 114.936 contrataciones más. Hay en suelo vasco 64.225 parados más que cuando se inició la crisis.

Más de la mitad (370.000) de los pensionistas y jubilados cobra por debajo de 1.000 euros y, de ellos, 260.000 (38%) perciben menos de 700 euros. 350.000 personas de la CAV se encuentran en riesgo de pobreza (20,6%), de ellas 104.000, en riesgo de pobreza grave. 103.091 personas paradas no reciben prestación o subsidio alguno y los salarios de los trabajadores vascos han perdido un 6% de poder adquisitivo desde 2008. Un 34% de quienes declaran IRPF aseguran que perciben menos de 1.000 euros al mes y un 25%, como mínimo, de los ocupados no llega a mileurista.

Es la radiografía real, que se oculta por quienes perciben en un año lo que algunas personas tardan en ganar entre cuatro y siete años, en el mejor de los casos. Urkullu cobrará este año 98.500 euros; Arantza Tapia, 87.800 euros; Uxue Barkos, 70.048 euros; Unai Rementería, 99.965 euros... Y si nos cambiamos los sueldos y las situaciones laborales, ¿lo verían igual?