Trabajar en agosto
Agosto tiene sus ventajas para trabajar. Generalmente no suelen planificarse grandes acontecimientos y así resulta más fácil seguir los pocos hechos noticiables que ocurren.
Este año el asunto ha sido, sin duda, el turismo. Y si en principio se podría haber esperado un debate lleno de banalidades, la verdad es que los diferentes participantes han conseguido dar profundidad a la discusión que ha ido mucho más allá de turistas sí o turistas no.
Entre las aportaciones ha habido un buen número de cartas de personas anónimas que no estaban escritas como un desahogo fruto de un calentón, sino que estaban bien estructuradas y argumentadas. Esas cartas dejaban traslucir una larga reflexión nacida a consecuencia de haber padecido durante mucho tiempo las consecuencias negativas del turismo masivo en su vida cotidiana sin que ninguna voz se hubiera alzado a denunciar el despropósito.
Con ellas nos hemos enterado, por ejemplo, de que los barrios y zonas turísticas tiene un déficit endémico de infraestructuras sociales; de que muchas ciudades y zonas turísticas de todo el mundo tienen establecidos numerus clausus para los visitantes; de los sueldos miserables que se pagan y de las duras condiciones de trabajo en algunos sectores relacionados con el sector turístico
Aunque el trabajo precario se ha denunciado insistentemente, no ha provocado reacciones por parte de la sindicatos. Solo recuerdo una nota de prensa del sindicato LAB denunciando la precariedad en el sector. A lo mejor es que el tema no tiene mayor interés. Cosas de trabajar en agosto.