Mikel CHAMIZO
QUINCENA MUSICAL

El «Réquiem» más deseado

La “Misa de Réquiem” que la Quincena Musical ofrecía el sábado era otro de los platos fuertes de esta edición del festival. A la curiosidad por ver dirigir a Gustavo Gimeno se sumaba esta vez la presencia del Orfeón Donostiarra, con una partitura que se le da especialmente bien, y la de cuatro solistas de campanillas. Las localidades estaban más que agotadas y, finalmente, lo que sobre el papel prometía una velada de mucha categoría obtuvo un resultado a la altura de las expectativas, aunque no todo fue impecable.

Gimeno es un director magnífico pero, comparando su rendimiento con el del día anterior, se comprobó que atesora mucha más experiencia con el repertorio sinfónico que con el operístico, dentro del que, hasta cierto punto, se podría clasificar este “Réquiem” aunque no se escenifique. En algunos pasajes se le fueron de las manos las dinámicas del coro, bien por excesivas en el “Dies Irae” –que de imponente casi rozaba lo atronador– o por justo lo contrario en el “Agnus Dei” –quizá por influencia de su maestro, Claudio Abbado, a quien le gustaba hacer este pasaje con un coro casi imperceptible–. Asimismo su dirección de los solistas, sin ser descuidada, se percibió menos sutil que las peripecias que realizó con la orquesta, de la que Gimeno extrajo todo lo mejor que puede dar de sí la orquestación de Verdi. Fue, sin duda, una notable interpretación, que se elevó sobre todo en el “Libera me” final, pero con detalles aquí y allá que impiden aclamarla como redonda.

El Orfeón Donostiarra pareció revivir aquella noche de 2001 en la Philharmonie, cuando cantó esta misa junto a Abbado y la Orquesta Filarmónica de Berlín, y firmó el sábado una de sus mejores actuaciones de los últimos tiempos, con un sonido hermoso y denso y una expresividad empapada de trascendencia o dramatismo, según correspondiese. Lo mismo se puede decir del cuarteto vocal, con una María José Siri deslumbrante y Barcellona y Zanellato que no le fueron a la zaga, aunque el tenor Antonio Poli sí generó algunas dudas.