Se anuncia un gran fracaso: “Gran Hermano”, no acaba de arrancar. Parece que la fórmula se ha agotado. Jorge Javier Vázquez puede estar en el inicio de una caída de su infalibilidad con las audiencias. No es suficiente que se muestre muy incisivo, hasta insultante con los concursantes. Todo suena a tongo, a guion, a tramas urdidas en los despachos. Un casting extenso, pero muy homogéneo, las mismas circunstancias, los mismos resultados. Tendrán que apretar mucho de ahora en adelante para remediar esta situación. Se oyen rumores de suspensión. Todo tiene su fin.

Tuve la desgracia de pasarme un rato por el programa en la primera estatal de Javier Cárdenas y además de sentir una extraña reacción física al verlo tan apretado, tan encantado de ser un idiota con programa pagado por todos, asistí a una venganza con un medio de comunicación que demuestra que no tiene límites en su totalitarismo, en el uso de los recursos públicos para sus guerras privadas. “Hora punta” es un formato cavernícola, reaccionario y su presentador no hace otra cosa que crear crispación. Pero forma parte de una estrategia de esta TVE que se ha convertido en boletín de propaganda de la banda de Rajoy. Y mientras, el actual director dice que es la mejor TVE de la historia. Sin palabras, pero tienen planes para arreglar su caída de audiencia: van a fichar al ultramontano Carlos Herrera con programa en hora de máxima audiencia. Corrupción, pago de favores. Lo de siempre.

Día de reflexión en Catalunya. Mañana será un gran día televisivo. Hay que madrugar para seguir los acontecimientos. Todo puede pasar, desde un gran acto democrático, hasta un gran despliegue policial que provoque disturbios con infiltrados para que se justifique su presencia y el uso de la violencia. Los de Piolín se están quejando de su hospedaje. Votarem.