GARA Euskal Herriko egunkaria
BOBADAS ALPINAS

Seguridad


EL alcalde de Saint Gervais, localidad por donde se realiza el acceso normal al Mont Blanc), al parecer incendiado por la reciente muerte de dos alpinistas checos, vuelve a dar la matraca sobre los accidentes ocurridos en este itinerario. Eleva el tono y habla de «sacrificios humanos», lo que nos trae a la memoria imágenes de películas sobre arcanos ritos incaicos oficiados a la deidad de la montaña, montaña que da de comer al valle, dicho sea de paso. Además del equipo mínimo exigido ya en su ascenso (entre ellos está el GPS aunque de saberlo utilizar no se dice nada), propone, entre otras medidas, que se impida el acceso de aquellos que «no tienen ni el nivel, ni el equipo ni la experiencia adecuadas» y ahora que me explique el alcalde cómo se come eso y si va a haber exámenes al respecto. Se insinúa la idea de que sea necesario contratar un guía para subir a la montaña. En fin, un temario antiguo, el dilema de la siempre deseable seguridad frente a la libertad no menos deseable. Y es que la existencia de un montón de inconscientes no elimina la imposibilidad de la seguridad a ultranza en esta actividad (excepto dejarla, claro). El alpinismo acabará siendo anticonstitucional. Recuerdo dos citas atribuidas a Mae West: «Cuando tengo que elegir entre dos males, siempre elijo aquel que no he probado antes» y «Solo se vive una vez, pero si se hace correctamente una vez es bastante».