Jordi Corbella
Escritor
KOLABORAZIOA

El síndrome del exfumador

Dicen que no hay nadie más intolerante con el tabaco, que aquel que acaba de dejarlo, las personas exfumadoras suelen dar lecciones a las que no han fumado nunca. El Partido Popular empezó a querer entrar en el juego democrático como única vía de escape a una situación que, en cualquier país europeo habría acabado de diferente manera. Una vez dentro, se ve altamente capacitado para dar lecciones a unos pueblos que nunca han tenido dudas sobre cuáles eran las reglas del juego.

Catalunya, ha culminado esta semana un proceso que se inició hace muchos años y que ha ido cogiendo fuerza hasta llegar al éxtasis final que supuso la proclamación el pasado 27 de octubre de la nueva República Catalana. Muchas son las voces que culpan al PP de inacción durante todos estos años de manifestaciones, pero ¿y el PSOE?, los dos se han mantenido callados durante años, sin nada que ofrecer, defendiendo por encima de todo la unidad territorial de España, algo grabado a fuego en sus sagradas escrituras, sabiendo como acabaría todo este proceso y cual iba a ser su respuesta. Una respuesta, la de la aplicación del 155 (un artículo, de la redacción del cual sabía mucho un tal Fraga, un exfumador), que estaba clara desde hacía mucho tiempo, porque ese era su verdadero interés, controlar la Generalitat (o como mínimo decirlo), algo que voto a voto nunca fueron ni serán capaces de conseguir.

Y ¿Catalunya?, después de una semana de un estrés psicológico brutal, en la que veíamos todas las posibilidades abiertas y el miedo de que todo esto acabara tal y como empezó, es decir con unas elecciones autonómicas, consiguió culminar su proceso resistiendo todas las embestidas del Estado. Una culminación que supuso una satisfacción para toda aquella gente que el día 1 de octubre participamos en una de los hitos de la historia del país más importantes que se recuerdan. Sí, hubo represión policial, pero sinceramente creo que se debió más a la impotencia que sentirían los poderes del estado al verse incapaces de evitar que hubiera urnas, papeletas y votantes en todos y cada uno de los colegios.

Un ridículo, el de ese día, que es, sin duda uno de los motivos por los cuales las medidas represoras del PP, un partido con tanta testosterona como poco saber hacer, han ido cogiendo más fuerza en grado de brutalidad física y jurídica.

Se acabó, nos la hemos jugado y esto ya no tiene marcha atrás, ahora simplemente se trata de demostrar que la Generalitat sigue siendo nuestro gobierno y que todo aquello que intenten PP, PSOE y C’S, será incapaz de aplicarse, porque solo puedes aplicarlo si la gente te cree, y sinceramente… Catalunya se manifiesta pidiendo votar, lo consigue. España reprime policialmente y judicialmente. La UE se lo mira de lejos y es incapaz de intervenir.

Creo que el Partido Popular sigue fumando cuando nadie le ve.

¡Hola República Catalana!