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BALONCESTO

Guerra económica... y filosófica

La nueva fase clasificatoria para el Mundial de 2019 arranca hoy en los grupos asiáticos con el conflicto FIBA-Euroliga latente.


El conflicto entre la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) y la Euroliga, cuya incompatibilidad de calendarios va a privar a las selecciones más fuertes de sus mejores jugadores en las clasificatorias para el Mundial de 2019, es también una lucha de poder y dos maneras de comprender y diseñar este deporte.

Si bien la batalla está motivada por razones económica evidentes (¿Quién debe gestionar los beneficios de la máxima competición europea de clubes?), también afecta a motivaciones más filosóficas. Atado a la tradición europea, la FIBA incide en preservar un sistema en el cual el acceso a las competiciones continentales se hace por los campeonatos domésticos, como se hace en el fútbol.

La Euroliga, en cambio, se orienta hacia un modelo de negocios a la americana, donde ciertos clubes gozan de un billete permanente, en busca de que esa estabilidad pueda favorecer la inversión de los patrocinadores y el crecimiento del deporte mismo (con la NBA como principal referencia).

La FIBA creó hace dos años una Liga de Campeones para intentar convertirse en el organizador de la principal competición europea, título que en estos momentos posee la Euroliga, administrada desde una quincena de años por una sociedad privada, la Euroleague Comercial Assets (ECA), que representa los intereses de los grandes clubes. «Hemos dicho muchas veces que no deseábamos organizar competiciones de clubes, pero no teníamos elección si queríamos darles a ellos competiciones basadas en méritos deportivos», explica al respecto el Secretario General de la FIBA, Patrick Baumann, en declaraciones a la Agencia AFP.

El Director Ejecutivo de la Euroliga, Jordi Bertomeu, desmiente el proyecto de crear una liga totalmente cerrada (como es el caso de los Estados Unidos) y la intención de desconectar completamente de las ligas domésticas. «Si lo hubiéramos querido, ya lo habríamos hecho. Nuestro modelo es piramidal. El acceso a la Euroliga se haría por la Eurocup, que serían como la primera y la segunda división. ¡Pero si quieren echarnos fuera, es otra cosa!», responde a AFP.

Defiende también las invitaciones permanentes para 11 de los 16 participantes en la Euroliga (Baskonia, Real Madrid, Barcelona, Olympiakos, Panathinaïkos, CSKA, Fenerbahçe, Efes, Maccabi, Zalgiris y Milano). «La Euroliga necesita estabilidad para que los clubes y los socios inviertan. Si no se sabe en qué liga vas a jugar, es muy difícil convencer a alguien para hacer un pabellón», dice Bertomeu, cuya empresa se apoyó en el gigante de los negocios deportivos IMG.

Ambas partes presentaron recursos uno contra otro delante de la Unión Europea. El pasado sábado, 32 diputados europeos firmaron una carta que pedía a la UE obligar a la Euroliga a liberar a sus internacionales (un centenar). De las decisiones de Bruselas dependerá el futuro del baloncesto continental.

 

Patick Baumann, secretario general de la FIBA: «La Euroliga ha programado sus partidos de forma deliberada y cínica»

Muchas selecciones jugarán sus partidos de clasificación para el próximo Mundial sin sus mejores jugadores. ¿Cómo se ha llegado a esto?

Si se da el caso (La ECA controla la Eurocup y decidió parar, y en la Euroliga, Efes o Panathinaikos libera a sus jugadores, y el Barça a Kurucs y Vezenkov), será así porque la Euroliga programó de modo deliberado y cínico sus partidos coincidiendo con las clasificatorias para el Mundial, poniendo a los jugadores ante una situación imposible de tener que escoger entre su club y su selección. La Euroliga conocía las fechas de la ventana FIBA desde hace dos años, cuando publicó su propio calendario, y conocía cuáles serían las implicaciones de un choque de fechas. Esta situación se podría haber evitado fácilmente hace algunos meses, cuando la FIBA propuso una solución intermedia por la cual cada parte movía ocho partidos uno o dos días. Pero la Euroliga persigue su propio plan en interés de un pequeño grupo de clubes de élite, y pone sus intereses por encima de los de todos los demás actores del basket.

¿Cuál era el objetivo de la FIBA instaurando el sistema de las ventanas internacionales de noviembre, febrero y junio?

Se trata de ayudar a nuestro deporte, para que crezca en el mundo entero, de procurar que los jóvenes tengan ganas de practicarlo y forjar así los talentos de los años venideros. Es el modo de convertir este deporte en más popular en los países dónde ya está implantado, y de hacerlo más apetecible en lugares donde no se ve ni se juega tanto. Creemos que las selecciones nacionales son las locomotoras del baloncesto en cada país. Cuando juegan, son seguidas por los grandes medios de comunicación y suscitan grandes audiencias en la televisión. (...) Hasta ahora, había selecciones que podían estar unos años sin jugar ni un partido delante de su público. El nuevo calendario cambia todo esto. Organizar partidos a domicilio aporta también beneficios financieros a las federaciones nacionales. Esto quiere decir que podrán planificar, invertir y desarrollarse. Las clasificatorias también permitirán mostrar su talento a nuevos jugadores y tomar el papel de líderes en sus países.

La Euroliga propone hacer jugar el conjunto de los partidos de clasificación durante el verano, lo que les permitiría a todos los jugadores, incluidos los de NBA, estar disponibles. ¿Por qué la FIBA no acepta esta solución?

Porque esto no resolvería nada. Esto solamente muestra el nivel de desconsideración que la Euroliga le concede a las selecciones nacionales: ¡Un solo mes al año, durante el verano, cuando la inmensa mayoría de la gente está en la playa! Nuestro calendario también está concebido para dar a los jugadores un verano de descanso cada cuatro años, porque es importante para su salud a largo plazo. ¿Después de una temporada de 80 partidos de Euroliga, de campeonato nacional o de Copa, cuántos jugadores querrán ir a unas nuevas sesiones de entrenamiento para jugar luego durante otras cuatro semanas en julio?  François BONTOUX (AFP)

 

Jordi Bertomeu, director de la Euroliga: «La FIBA ha sido muy agresiva con los clubes, es normal que no estén a gusto»

Las selecciones están a punto de jugar las clasificatorias para el Mundial 2019 sin sus mejores jugadores. ¿Cómo se ha llegado a esta situación?

Hay un bloqueo porque hay un calendario que pone partidos internacionales en las mismas fechas en las que hay competiciones de clubs en Europa y en los Estados Unidos. (FIBA) es la única federación que impone un calendario sin haber obtenido un acuerdo previo. Ninguna otra federación de ningún otro deporte ha hecho eso.

La FIBA considera que ustedes habrían podido resolver el problema cambiando sus fechas de competición. ¿Qué responde?

Pensamos que todos los mejores jugadores deben participar en estos partidos. Por mucho que nosotros cambiáramos nuestras fechas, los jugadores franceses de la NBA, (Nicolas) Batum y otros, no podrían venir. El sistema (ventanas internacionales en noviembre, febrero y junio) es malísimo. No soy el único que lo dice, numerosos jugadores y entrenadores lo dicen también. Nadie piensa que es una buena noticia. La realidad, es que los mejores jugadores están en la NBA. Tratan de hacer lo mismo que en el fútbol, pero nosotros no estamos en la misma situación. Por tanto, ¿por qué no jugar estos partidos durante el verano, cuando todo el mundo está disponible, como proponemos nosotros? ¿Qué es lo más importante? El caso es que las selecciones jueguen con sus mejores jugadores. Es lo que esperan los aficionados. La competición debe ser justa. Francia y España van a jugar una competición injusta. El problema no es que la Euroliga no cambia sus fechas, sino que las selecciones nacionales no puedan disponer de los mejores jugadores.

¿Su negativa no puede ser interpretada como un acto de represalia en el marco de su conflicto con la FIBA por el control de las competiciones de clubes en Europa?

En absoluto. Pensamos que las selecciones nacionales son muy importantes. En España, no comprendemos que podamos jugar partidos internacionales sin Pau y Marc Gasol (que juegan en NBA). ¿Cómo se puede hacer correr el riesgo a naciones fuertes como Francia, España, Lituania, Serbia, de no clasificarse para el Mundial? ¿Acaso es justo? La primera responsabilidad de un oraganizador de competición es que sea justa. No hay ninguna voluntad de venganza. Es muy importante para nosotros que las selecciones estén bien. Cada año, la FIBA crea un conflicto contra la Euroliga. Hace tres años ofreció dinero a los clubs para que volviesen al seno de las competiciones FIBA. Hace dos años, amenazó con sancionar a los países que inscribieran sus clubs en nuestra segunda competición, la Eurocup. Este año es el calendario. Cada año provoca el conflicto diciendo que actúa por bien del baloncesto. Siento dolor al comprobar que cada año se crea una gran inestabilidad diciendo que es en nombre del baloncesto. La FIBA es agresiva hacia los clubes, es evidente. Y por tanto, es normal que los clubes no estén a gusto con la FIBA. François BONTOUX (AFP)