Lo peor es que parece que en las elecciones de Catalunya se presenta Albert todo por España, ese gran botarate, mentiroso, aficionado a levantar el brazo a la romana y a decir la primer imbecilidad que se le ocurre en los platós. Es uno de los representantes más genuinos de ese neofascismo que aturde. Están los burros y groseros facinerosos de siempre, y está esta formación de camuflaje en donde no hay otra ideología que la nada, es decir el totalitarismo. Lo que dice sobre TV3 es peor que lo que dice García Albiol, para que me vayan entendiendo. Me prohíbo escuchar, atender y escribir sobre este invertebrado político.

Llevo días intentando hilar la hebra sobre los motivos de los programadores para la incorporación y desaparición de los programas en las parrillas de las cadenas o canales. Se sabe que “Likes”, de #0 está ya sentenciado. Empezó con el canal a la entrada de la hora punta nocturna, dijimos al verlo que era muy poca cosa, fue tomando algo de forma, había un ambiente festivo, mucha sonrisa y buen rollo, pero no cuajó y lo movieron poniéndolo al mediodía. Un cambio de horario es la proclamación más clara de no renovación de contrato que se dice en pasiva. Así ha sido. No cuaja, no tiene consistencia. No es malo, no es bueno. Un programa más. Y una consideración es el primer programa que no renueva en #0. Por alguno se empieza.

Voy tanteando, casi a estornudos, porque tengo que acumular mucha prudencia para no explayarme escribiendo sobre el atentando en el Sinaí egipcio, con centenas de muertos y heridos. Silencio en Europa. No tengo formada una opinión racional sobre el sobrevenido interés informativo en los medios españoles por la desaparición de un submarino argentino con cuarenta y cuatro tripulantes. Me da cierta vergüenza. Escucho a Macri escurriendo el bulto y siento asco.