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saski baskonia

Poirier marca la diferencia

Un tapón del francés a Karnowski decantó el triunfo gasteiztarra en Andorra.


ANDORRA 94

SASKI BASKONIA 97


Vincent Poirier está en el mejor momento de su carrera profesional. Nadie, ni el más optimista, hubiera imaginado el rendimiento del pívot francés, y mucho menos su impacto en los resultados de un Saski Baskonia al que guía. Con 94-95 en el marcador dentro de los últimos segundos, el jugador galo amarró el triunfo gasteiztarra colocándole un soberano gorro a Karnowski, cuando este estaba a punto de machacar. Aunque por talento, Voigtmann es superior a Poirier, el galo lo está superando a base de trabajo y de intensidad.

Antes de empezar el partido, la familia baskonista acogía con resignación la noticia de que el alero lituano Tadas Sedekerskis, hasta ayer cedido al San Pablo Burgos, terminará la campaña cedido en el equipo lituano del Nevezis, en busca de unos minutos que en el conjunto castellano no ha encontrado por ninguna parte, y lamentando al mismo tiempo que, de haberse quedado en Gasteiz, quizá hubiera podido ocupar un rol que tan bien ha desempeñado Rinalds Malmanis, lesionado ahora por una fascitis plantar.

Sea como fuere, con bajas o sin ellas, tocaba afrontar el partido de Andorra. Sabido es que llegar al Principado no es sencillo, pero tampoco se trata de un descubrimiento de última hora. Pero cómo son las cosas, con un Poirier dominante gracias a su intimidación, más los puntos de Beaubois, Saski Baskonia hizo un arranque espectacular, yéndose 0-8. Morabanc Andorra no atinaba a responder... o al menos no lo hizo hasta que los árbitros cargaron de faltas al pívot francés, con personales en lucha por el rebote más que dudosas.

Y cuando se fue Poirier, el partido cambió. Albicy y Jaime Fernández empezaron a encontrar huecos en la pintura gasteiztarra –y Diagné al rebote– y de su mano, el conjunto local remontó. Tanto es así que llegó a ponerse por delante, aunque al descanso el resultado era de empate a 42, tras una canasta del mencionado Fernández sobre la bocina.

Partido bipolar

Hubo más detalles que el concurso de Poirier, como pudieron ser la mala defensa de Granger sobre Albicy, aunque al menos el uruguayo logró hacerle daño al base francés cuando atacaba. O el susto que dio Shengelia. Por fortuna, el georgiano no se lesionó y anotó canastas muy importantes, a pesar de sufrir en la línea de tiros libres.

Pero salió Poirier en el arranque del tercer cuarto y Saski Baskonia logró un parcial de 2-13. El partido parecía estar a punto de romperse, pero con la entrada de Voigtmann –y eso que no estuvo mal en ataque–, Andorra volvió a arrimarse, con la entrada de Karnowski en calor, amén de la actividad de su «dúo dinámico» y una breve racha de Jelinek.

En el cuarto final, el encuentro entró en un toma y daca sin que Saski Baskonia lograra irse definitivamente. Dio igual que gracias a Shengelia y Beaubois se escapara 73-78, porque los de Joan Peñarroya se agarraban al choque y llegaban a adelantarse 92-90 en la recta final.

Golpe a golpe, los gasteiztarras volvían a ponerse en cabeza, 94-95, con el partido dentro del minuto decisivo. Pero nada hubiera servido para ganar de no haber aparecido Poirier para taponar el mate de Karnowski, y de paso amarrar una victoria sudadísima y muy celebrada.