JAN. 10 2018 IKUSMIRA Prestidigitaciones Rajoy Beñat Zaldua Kazetaria Además de las recurrentes noticias sobre el saqueo de la mal llamada hucha de las pensiones –Fondo de Reserva de la Seguridad Social–, los últimos días hemos escuchado que el Estado prestará en 2018 unos 15.000 millones de euros a la Seguridad Social. Sin entrar en el fondo de las razones del déficit de la institución encargada de sostener lo que queda de estado de bienestar, llama la atención el hecho de que el Estado «preste» dinero a una instancia que forma parte de la propia Administración estatal. Es decir, el Estado se presta dinero a sí mismo. El sinsentido quedó aclarado ayer de la mano del economista Eduardo Garzón, que apuntó en “La Marea” el motivo por el que se prioriza un autopréstamo. La jugada es digna de los mejores trileros y la copio a continuación de forma impúdica, en nombre de la utilidad pública. Mientras la Seguridad Social esté en cifras de déficit, gastando más de lo que ingresa directamente, el Gobierno no está obligado a subir las pensiones en consonancia a la subida del IPC. Si el Estado simplemente transfiriese el dinero que la Seguridad Social necesita, el déficit desaparecería y Rajoy estaría obligado a incrementar las pensiones un 1,2% –que es lo que ha subido el IPC interanual en diciembre–. Sin embargo, la reforma de la Ley de Seguridad Social en 2013 permite que un préstamo no sea computado como ingreso no financiero, de manera que no incide sobre el cálculo del déficit. Y así, de la chistera del prestidigitador Rajoy sale una subida de las pensiones del 0,25%. Por cierto, y ya que estamos, la Seguridad Social es una de las transferencias pendientes en la CAV desde 1979.