Una propuesta de abrir una cafetería de la cadena Starbucks en el valle de Yosemite, USA, está causando un pequeño revuelo entre la gente de montaña con una petición firmada ya por 15.000 personas con el título “Stop Starbucks in Yosemite”, dirigida a la administración del Parque Nacional en la que se subraya el impacto negativo de las multinacionales en un valle tan significativo y el riesgo de que “pierda su esencia”, sea ello lo que fuere. El mundo de la escalada y montaña suele ser políticamente correcto y muy dado a tomas de posición muy aparentes y progresistas pero, como apunta alguien en las redes, sería conveniente un poco más de coherencia entre aquellos que se sienten escandalizados y no se dan cuenta que en un lugar tan comercializado como el valle, todo, desde hoteles, restaurantes y transportes, está explotado en el fondo por la multinacional Aramark, empresa que entre otras cosas se beneficia de la concesión de la administración de las privatizadas prisiones, una industria mayor y cuyo negocio va directamente ligado a la escasez de los servicios de los presos y a su uso como mano de obra barata. Todo sea por el turismo aunque tenga sus inconvenientes, como los sufridos por los 13.000 turistas aislados en la famosa localidad alpina de Zermatt por las avalanchas de nieve que han cortado la carretera. Unos 400 han abandonado ya la localidad en helicóptero, por 170€ de nada, que no es cuestión de incomodarse por pequeñeces.