Torrent y Puigdemont no dan pistas
La reunión de Bruselas entre el president del Parlament y el candidato a liderar la Generalitat solo reiteró que el plan A es la investidura presencial, aparentemente inviable. Lo que sí lograron Torrent y Puigdemont es no dar pistas a un Estado sumido en la paranoia: registros en el El Prat, alcantarillas levantadas, sede del Govern cerrada...
Si, como parece, la Mesa del Parlament convoca hoy para el martes la sesión de investidura, quedan cinco días para despejar quién presidirá la Generalitat y cómo va a ser investido. Quien esperara alguna luz en la reunión de ayer en Bruselas entre el president del Parlament, Roger Torrent, y el único candidato a la investidura, Carles Puigdemont, se topó con una realidad doble: es posible que ni ellos sepan cómo se va a intentar hacer, y en el supuesto de que lo tengan claro, desde luego no van a dar pistas a un Estado conjurado para impedirlo.
Las dos declaraciones principales de los contertulios fueron las previsibles. Como candidato legítimo, Puigdemont recalcó que «la investidura ideal es la presencial y la que queremos todos, pero debería haber condiciones para que se produjera». Fue más allá al aventurar que «hay muchas posibilidades» de ello, lo que se contrapone con la afirmación paralela de que «trabajaré hasta el último momento»&flexSpace;para conseguirlo.
Torrent, desde su posición de máximo responsable parlamentario, puso el acento lógicamente en que debe haber Govern y lo deseable es «que pueda trabajar desde el minuto uno». Por cierto, la reunión no se pudo celebrar en la sede de la Generalitat en Bruselas, que Madrid (vía 155) cerró a cal y canto.
La minigira de Torrent acabó por tanto sin ningún dato claro, lo que agravó el nerviosismo en Madrid, reflejado en varios datos a lo largo de la jornada. Cronológicamente, el primero llegó en la noche del martes, cuando la Policía acudió al aeropuerto de El Prat para revisar el vuelo procedente de Dinamarca y asegurarse de que Puigdemont no les había driblado una vez más.
Ayer amaneció con el presidente español, Mariano Rajoy, visiblemente confundido en los micrófonos de Onda Cero. Incidió en que «es bueno que Puigdemont vuelva», pero garantizando al mismo tiempo que lo detendrán si lo hace. Preguntado sobre si puede asegurar que no se les colará, se limitó a decir que tratan de impedirlo. Y tuvo que recordar la excepcionalidad que supone el 155 cuando el entrevistador le reclamó más mano dura en Bélgica.
Durante la mañana, la Policía española desplegó además un operativo junto al Parlament, con inspección minuciosa que incluia levantar las alcantarillas y revisar el subsuelo. «Ojalá hubieran puesto tanto empeño en controlar las fronteras cuando sus amigos se beneficiaban de las fugas de capitales», se burló Puigdemont desde Bruselas.
La GC entra en sedes de Òmnium y ANC en el día 100 sin los Jordis
La jornada de ayer estaba muy marcada para las entidades civiles independentistas Òmnium Cultural y ANC al suponer el día número 100 de Jordi Cuixart y Jordi Sànchez en prisión. Sin embargo, a primera hora se les sumó una circunstancia agravante: la irrupción en sus sedes de la Guardia Civil. Según se afirmó, buscaban los mensajes de correo electrónico que ambos pudieran haber cruzado con miembros del Govern, desde que tomaron posesión de sus cargos hasta que fueron encarcelados. Todo apunta a que el juez Pablo Llarena, por tanto, está incidiendo en su participación en lo que mediáticamente se denomina «Estado Mayor del ‘procés’».
Ambas entidades lamentaron la operación policial, pero también quisieron quitarle hierro. El sustituto de Cuixart, Marcel Mauri, hizo hincapié en que «es un elemento más de esta situación de absoluta anormalidad democrática y judicialización de la política», y no olvidó reiterar que en 56 años de historia nunca se había encarcelado a un presidente de Òmnium pese a que la entidad fue clausurada durante algunos años por el franquismo.
Desde la Assemblea, Agustí Alcoberro indicó que los correos electrónicos criminalizados «son los que puede tener un presidente de la ANC», aunque señaló que no se sentían sorprendidos por una irrupción policial esperada.
Ambas entidades llamaron a la ciudadanía a no acudir a las sedes («no hace falta») e informarse por los medios y redes sociales.