Arnaitz GORRITI
saski baskonia

Regalo de Estudiantes

Un tiro de Granger decidió un partido dominado por los del Ramiro y desperdiciado por ellos mismos.

MOVISTAR ESTU. 87

SASKI BASKONIA 89


Saski Baskonia ganó en la cancha de Estudiantes de milagro. O de regalo de la propia escuadra del Ramiro, culminado por Granger con un tiro casi triple a 0,2 segundos para cerrar el período final con un parcial de 9-22. El miedo a ganar atenazó a los locales que regalaron el partido a un Baskonia que hizo pocos méritos para ganar.

Todo se enrevesó desde el quinteto inicial. Con Vildoza y Granger compartiendo pista, Diop y Jones como pareja interior, Saski Baskonia parecía querer tomárselo con calma de buen inicio. Claro que Estudiantes, que homenajeó a sus veteranos en el 70º aniversario del club madrileño, tenía otros planes, y de la mano de Landesberg arrancó con un 11-2, arrancando el primer tiempo muerto a Pedro Martínez.

No solo paró el partido, sino que varió el quinteto al completo, buscando algo de tensión. Marcelinho Huertas, pese a estar muy lejos de sus mejores días, fue el primero que dio un paso adelante, aunque ya para entonces los gasteiztarras acumulaban un buen número de pérdidas. Asimismo, los del Ramiro seguían a la suya, con landesberg sumando a golpe de triple. Con todo, la entrada de los titulares gasteiztarras mantenía la desventaja respecto a Estudiantes a raya: 24-17 al final del primer cuarto.

Pero el segundo asalto no fue mucho mejor. Voigtmann y Poirier aportaron lo suyo, pero enfrente hallaron la respuesta triplista de Hakanson y Arteaga dentro de la pintura. Hasta Rinalds Malmanis pudo volver a jugar después de pasarse dos meses lesionado, fruto de la desesperación con que Pedro Martínez veía a los suyos; no pudo salirle peor el invento, ya que Caner-Medley reverdeció viejos laureles a su costa. Así, el duelo llegó al descanso con unos deberes difíciles de completar: 51-37.

Misterios sin resolver

Le costó a Pedro Martínez diez minutos más dar con un quinteto reconocible con el que remontar. Huertas, Granger, Janning, Kevin Jones –jugando seguramente su último partido– y Voigtmann –Shengelia, tras la eliminación del alemán– fueron los encargados de dar la voltereta a un partido que, pese a todo, nadie esperaba que tuviese tal resolución.

Si Saski Baskonia puso de su parte para ganar después de 30 minutos de desastre, Estudiantes no lo fue menos para permitir que sucediera. Por un lado, sus estrellas se cargaron de faltas, y por si eso fuera poco, el miedo atenazó no solo las muñecas madrileñas para tirar, sino también para mover el balón. Solo Landesberg parecía tener algo de clarividencia, pero el alero erró demasiados tiros libres en el tramo final.

Con todo y eso, Saski Baskonia le dio vida a Estudiantes. Tras adelantarse hasta 80-85 –con un parcial de 2-18–, Landesberg dispuso tiros libres para empatar a 85, aunque el empate llegó a 87 después de una bandeja errada por Granger y un tiro libre de la estrella estudiantil.

Quedaban 10 segundos y Granger se la jugó. Y la metió. Saski Baskonia no mereció ganar. Pero es de muy mala educación despreciar un regalo.