Arnaitz GORRITI
saski baskonia

Un triunfo cimentado en una gran segunda mitad

Voigtmann y Shengelia lideraron la escapada gasteiztarra en el tercer cuarto, con un parcial de 31-15.

SASKI BASKONIA 96

UNICAJA 78


¿Quién dice aquello de segundas partes nunca fueron buenas? Como si de la segunda obra de la trilogía de «El Padrino» se tratase, Saski Baskonia brilló después del descanso, sacando del partido a Unicaja y sumando una victoria mucho más que solvente. Cuatro partidos ante el conjunto malagueño, y cuatro victorias gasteiztarras, siendo esta la más holgada, y con mucho, fruto de la actuación de jugadores como Voigtmann y Shengelia, con la animada aportación de Garino, Timma en la segunda mitad y Beaubois. Sin olvidar la mejora en defensa.

Unicaja puso en serios aprietos a Saski Baskonia en la primera mitad, pero conforme mejoró la intensidad gasteiztarra, se fue diluyendo como un azucarillo en el agua. Cosa extraña, por otro lado, en un equipo que si en algo destaca es por la forma en la que se agarra a los partidos y busca incomodar a su rival.

Bien se vio en el primer cuarto, que terminó con 13-21 para los de Joan Plaza. Los malagueños machacaban a triples a un Baskonia al que se notaba espeso y sin chispa. Pedro Martínez rotaba sus quintetos continuamente, buscando un equipo con el que despertar.

Juego inteligente

El resultado al descanso era de 36-38 para Unicaja, pero la decoración del partido había cambiado. Voigtmann empezaba a carburar y, amén de los puntos que aportaba, comenzaba a encontrar a Garino –Poirier también hizo otro tanto–, un maestro en hallar espacios sin balón.

Ya para entonces, la defensa baskonista mejoraba por momentos, parando los peligros que pudieran surgir desde el juego exterior rival, aunque todavía sufría bajo los aros ante Shermadini y Augustine.

Afortunadamente, la tendencia al alza de los de Pedro Martínez siguió tras el receso. La defensa era cada vez más consistente, al tiempo que Shengelia entraba en juego de forma cada vez más peligrosa. Tanto con sus clásicas jugadas al poste bajo, en transición e incluso con varios tiros exteriores, el georgiano lideró un parcial de 31-15 para romper el partido de una vez por todas. Granger, pese a sus problemas de espalda, al fin mejoraba sus prestaciones en defensa y dirección, con Beaubois cada vez más libre a la hora de buscar la canasta. Timma, después de una primera mitad apagada, ofreció destellos de los mucho que puede dar, aunque todavía sepa a poco.

La clave, en todo caso, era Voigtmann. El pívot alemán parece haber superado al fin el bache de juego que tanto lo lastró la pasada campaña. Con el de Eisenach inspirado, el juego gasteiztarra mejora sensiblemente, como bien se vio en los últimos minutos. Unicaja, por su parte, amén de errar en exceso, se conformó con no caer de paliza.