La muerte violenta del periodista eslovaco Jan Kuciak, de 27 años, que investigaba el fraude fiscal en Eslovaquia, junto a su pareja, ha conmocionado a la Unión Europea y ha hecho emerger el tema de la corrupción, que ya provocó en junio protestas de jóvenes que exigían la destitución de varios ministros del Gobierno del socialdemócrata Robert Fico. Eslovaquia ocupa el séptimo lugar entre los países más corruptos de la UE, según Transparency International.

Jan Kuciak, de 27 años, trabajaba para el sitio aktuality.sk, y estaba especializado en casos de corrupción, entre ellos los vínculos entre el mundo de los negocios y el partido SMER-SD en el poder.

Los cuerpos del periodista y de su compañera, Martina Kusnirova, fueron descubiertos el domingo en su casa de Velka Maca. Kuciak recibió un balazo en el pecho y su pareja, en la cabeza.

Kuciak iba a publicar un artículo sobre los posibles vínculos políticos de empresarios italianos, ligados a la mafia calabresa, Ndrangheta, que operaban en Eslovaquia.

Tom Nicholson, periodista de investigación británico que trabajaba en los mismos casos que Kuciak, escribió en “Politico” que éste investigaba «un pago fraudulento de fondos europeos a ciudadanos italianos residentes en Eslovaquia y con presuntos vínculos con la Ndrangheta. «El crimen organizado eslovaco nunca ha matado a periodistas (...) mientras que los grupos mafiosos italianos no han tenido semejantes escrúpulos», agregó.

Según Grigorii Meseznikov, analista político, la posible relación de las élites políticas eslovacas con estas muertes «podría provocar un terremoto político» y conmocionar al electorado de SMER-SD.