EDITORIALA
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Dos presos acercados, dos familias castigadas menos

Como se venía anunciando hace mes y medio por parte de la delegación vasca, y como ha empezado a ocurrir también en Corsica, dos presos vascos han dormido esta noche mucho más cerca de sus casas. La distancia física de Mont de Marsan (Landas) a Errenteria y Arrasate no va a cambiar apenas la vida de Zigor Garro y Julen Mendizabal, que al fin y al cabo van a seguir recluidos en similares condiciones, pero sí va a mejor mucho la de sus familiares y amigos, que ya no tendrán que destinar un fin de semana entero a poder visitarlos, con el riesgo físico y dispendio económico que entraña llegar a Saint Maur y Osny, en el extrarradio de París.

El dato es que dos presos han sido acercados al fin, pero la auténtica gran noticia es que dos círculos familiares enteros han dejado de ser castigados por la cruel y arbitraria política de alejamiento. Y por eso es una buena noticia desde un punto de vista puramente humanitario. Excelente incluso por lo que supone de inhabitual y por lo que puede tener de punto de inflexión.

Esto lleva inevitablemente a otra reflexión. Garro y Mendizabal han sido los primeros porque encajan seguramente en el perfil concreto marcado por el Ministerio de Justicia francés, desde el que se apunta que los beneficiados de estos acercamientos serán presos con condenas de un carácter determinado y que estén en avanzada fase de cumplimiento. Y, sin embargo, si en realidad las víctimas del alejamiento no son ellos sino sus entornos familiares, ¿por qué establecer esa diferenciación? ¿Por qué unos sí y otros no? ¿Cuántos cerca y cuántos lejos? Llevando el argumento al extremo, cabría preguntarse retóricamente si no sería más lógico que los acercamientos se decidieran en base a las circunstancias familiares y no a las características del preso. Y ello llevaría a una conclusión palmaria: ningún prisionero, pero sobre todo ningún allegado, debe sufrir el alejamiento. La de ayer es por tanto una pequeña buena noticia que toca hacer grande, completa.