«Fake news», nada nuevo bajo el sol

Estoy viendo una serie documental sobre el círculo de los más estrechos colaboradores de Hitler, entre los que brilla con luz propia su ministro de Propaganda, Joseph Goebbels. Dentro de su proyecto de manipulación de la sociedad alemana, el jerarca nazi puso en práctica un ambicioso programa de construcción de aparatos de radio.

Los alemanes se sentían orgullosos de que su país fuera tan puntero en una industria moderna para la época. Sin embargo, Goebbels tenía motivos espurios para ese empeño, ya que gracias a la difusión masiva de aparatos receptores, se garantizaba que sus noticias manipuladas llegaran al mayor número posible de hogares.

Setenta años después, parecería lógico que la humanidad hubiera aprendido la lección y que no fuera fácil caer en manos de los alumnos aventajados del propagandista nazi, pero nada más lejos. Los nuevos sistemas de comunicación, especialmente las redes sociales, se han convertido en un terreno abonado para colar fake news. El ejemplo más elocuente es el de Trump, pero no faltan trolls que enmascaran a partidos, instituciones y grupos de poder que buscan la manipulación de la sociedad en beneficio propio, a pesar de que, a diferencia de la Alemania nazi, existen opciones de conocer el contrapunto para cuestionarse lo que se está recibiendo.

Pero parece que para muchos resulta más cómodo tragarse en crudo lo que llega a través de esos medios, dando por bueno lo que dijo el mismo Goebbels: «Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad».