MAR. 08 2018 DE REOJO Demonio Raimundo Fitero No hay expresión más machista que la del obispo Munilla, ya que no reconoce a la mujer ni siquiera la posibilidad de ser mala. Debe llevar dentro al demonio para que le reconozca su entidad feminista. ¿Se puede ser más cafre? Por cierto, lo dicho por este individuo anacrónico y medieval, ¿no es fomentar el odio? ¿No es violencia de género? ¿No es motivo de excomunión? La huelga de hoy está poniendo a la sociedad en su sitio. Las declaraciones de algunos, y lo peor de todo, algunas políticas, entran en la dinámica de lo imposible de aceptar. No hay que estar obligatoriamente de acuerdo con la huelga, se puede discrepar de la estrategia emprendida por las organizaciones feministas, pero se debe defender las posturas de cada una con sinceridad e inteligencia, no con los argumentarios de esa máquina de bendecir cercenadores de libertades que es la banda de M. Rajoy y sus satélites. Están llegando a lo más absurdo. A lo más indecente. A lo más cavernícola. Cuando un tipo con sotana rancia menciona al demonio estamos ante un sketch o ante una agresión contra la libertad y la dignidad humana. En este caso es para estigmatizar todavía más a las mujeres. Y hacerlo con una actitud que no encaja con los tiempos, ni siquiera con el espacio ni con el territorio, que no es únicamente el mapa. ¿Se puede escuchar alguna voz entonada y amorosa desde los púlpitos católicos? La huelga de hoy será notable en las casas, en lo privado, en la intimidad. Lo público, los medios serán transmisores, vocales, pero lo sustantivo estará en eso que no se ve, allá donde no se cotiza, lo que se da por distribuido por la gracia de llevar una consigna de género. Y el demonio lleva faldas, muy negras, las que usa Munilla y debajo de ellas existe una oquedad sin sensibilidad, ni perdón. Las brujas siempre cantan y liberan.