Kike Fernández de Pinedo y Nerea Martínez Cerrillo
EH Bildu Araba
KOLABORAZIOA

Para que unos ganen, otros tienen que perder

Dice el dicho popular que año de nieves, año de bienes. Pues bien, la copiosa pero breve nevada de la pasada semana ha retrasado unos días la aprobación en las Juntas Generales de Araba de la reforma fiscal pactada por PNV y PSE con el PP. Pero la patronal y las grandes fortunas solo necesitan un poco más de paciencia. Una semana después se ha dado luz verde a uno de sus deseos. Ellos se frotan las manos porque será su «año de bienes». Son precisamente las grandes empresas y las grandes fortunas las grandes beneficiadas de este pacto a tres bandas.

Y para que unos ganen, otros tienen que perder. En este caso, no hay lugar a dudas. Son las personas que, mal que bien, llevan un sueldo a casa todos los meses. La recaudación fiscal, lo que la hacienda alavesa ingresa cada año, depende cada vez más de los salarios y del IVA. Si en 2007 Hacienda ingresaba cerca de 680 millones de euros gracias a la declaración de la renta, ahora diez años después, esa cantidad alcanza casi los 800 millones de euros. Otro tanto ocurre con el IVA: en la última década han pasado de recaudar 880 millones de euros a recaudar casi 1.000 millones de euros.

Pongamos ahora el foco en lo que pagan las empresas: si en 2007 su aportación era de 350 millones de euros, ahora apenas sobrepasa los 180 millones de euros. Pobres empresarios pensará alguno, pero que a nadie se le escape que solo las empresas con beneficios pagan el conocido como Impuesto sobre Sociedades. A esta injusticia hay que sumar otros datos nada alentadores: el fraude fiscal ronda el 17% del Producto Interior Bruto y la presión fiscal es tan baja que cada años recudamos en la CAV 5.000 millones de menos de euros de lo que recauda Europa de media.

El pueblo, por tanto, paga más de su bolsillo. Pero además, paga las consecuencias de que cada vez haya menos recursos económicos para afrontar los servicios públicos. ¿Cómo se paga si no la sanidad, la educación o los servicios sociales? Vía impuestos. No hay otra alternativa. Son precisamente las clases más bajas la que necesitan que todos esos servicios sean públicos, de calidad y estén garantizados. Los demás, esos que cada vez pagan menos, pueden tirar de cheque o visa y acudir al sector privado.

Por eso, que PNV y PSE se hayan plegado a los deseos populistas y neoliberales del PP es una verdadera irresponsabilidad. Solo en Araba no salían las cuentas y han decidido recurrir al PP, el mismo PP que ha vaciado la caja de las pensiones, el mismo PP que rescató a los bancos con dinero público y el mismo PP que tiene a una larga lista de cargos públicos y líderes en el banquillo de los acusados por corrupción. Responden así a los dictados de las oligarquías económicas y ponen en serio riesgo la continuidad de nuestros servicios públicos. Durante los años de «bonanza» económica no ha sido palpable esta regresión absoluta. Las estrecheces han puesto de manifiesto cuáles son las consecuencias de una menor recaudación: recortes, recortes y más recortes.

Nuestros dirigentes se vanaglorian de los resultados «históricos» de la recaudación. Nos cuentan que nos recuperamos tras la crisis y que hemos iniciado la senda de una supuesta recuperación económica. Pero esos mismos que lanzaban las campanas al vuelo, reconocían públicamente que se han beneficiado de unos ingresos extraordinarios tras el acuerdo entre PP y PNV en Madrid que solo arrojará datos así de positivos este año.

Pero tras ese espejismo, en realidad, lo que hay es menos dinero, más deuda y más necesidades. Eso también lo reconocen, en voz baja, quienes aplauden la contrarreforma fiscal. No han aportado dato alguno sobre la incidencia que tendrá esa reforma el próximo año. Nos dicen que se incrementará la recaudación en 20 millones en el apartado ligado a las empresas. Pero nos tenemos que fiar de su palabra. Ningún informe técnico avala tal afirmación. Hacienda de Bizkaia, en cambio, sin tapujos ya ha reconocido que esa reforma (la misma) traerá consigo un descenso en la recaudación del Impuesto sobre Sociedades que cifran en más de 80 millones durante los próximos dos años. Bizkaia sí ha aportado el documento económico financiero sobre las consecuencias de esta reforma.

El tiempo deja a cada uno en su sitio y las matemática son una ciencia exacta, así que esperaremos a conocer los datos. Mientras tanto, serán los y las alaveses los que sufran los azotes del próximo temporal en forma de menos servicios y de menor calidad. En EH Bildu lo tenemos claro: se puede recaudar más y, además, se puede recaudar mejor. Eso es justicia social. Lo demás es plegarse a los deseos de los poderes económicos y que paguen las consecuencias los de siempre.