Fede de los Ríos
JO PUNTUA

España negra y caqui

Ninguna confesión tendrá carácter estatal» (Constitución Española. Art. 16.3). Y ahí estaban los cuatro ministros del gobierno más que español, transportados ante la visión de unos más que viriles individuos de camisa desabotonada y pecho descubierto dejando entrever los delicados y poéticos tatuajes que asoman entre el ensortijado vello mientras transportan con una mano alzada la figura de un sujeto con corona de espinas, clavado en una cruz, al que llaman «Cristo de la buena muerte» (cómo será la mala). Y ahí permanecían los cuatro cantando al alimón con los caballeros legionarios “Soy el novio de la muerte”. En éxtasis cual Tere de Ávila nada simulada y en diferido mostrábase Dolores Cospedal junto a un Zoido, de fluido verbo nacional-católico a lo NO-DO a punto de levitar entre las delicadas estrofas del himno de los hijos de Millán Astray, aquel de «Viva la muerte y abajo la inteligencia». El cuarteto de la muerte, valga la redundancia, lo completan el barón y ministro de Educación Íñigo Méndez de Vigo y el de Justicia a la española Rafael Catalá que indultará, a petición de las cofradías católicas, algún preso que haya demostrado ser buen católico.

Habrá a quien le extrañe e incluso repugne la escenificación pública de la unidad entre lo que a unas hace secretar las glándulas de Bartolino y a otros las glándulas de Cowper con la función ministerial que deben representar. Son los mismos que aseguran sin asomo de risa que España es un Estado sino laico sí aconfesional además de Democrático, Social y de Derecho. Por eso, dicen, es necesario cuidar las formas. Es la izquierda española cosmopolita. Los equidistantes y transversales. Tan equilibristas ellos que no paran de repetir Dura lex, sed lex. Y si alguien alberga alguna duda se llama al Tribunal Supremo o Constitucional que tanto da, que, respetando en todo momento la separación de poderes, lo encarcelará, por rebelde, sedicioso o terrorista, pero siempre dentro de la ley que nos hace iguales. ¿Qué fumará esta gente?

Companys, no espereu molt d'ells.