GARA Euskal Herriko egunkaria
saski baskonia

Una victoria que no oculta cierta pérdida de energía

Los gasteiztarras superaron a un MoraBanc Andorrala mar de correoso en el último cuarto, después de ira remolque durante casi 20 minutos. La defensa y laracha final de Janning tuvieron mucha culpa de ello.


SASKI BASKONIA 88

ANDORRA 75


Bien está lo que bien acaba, y sobre todo es de apreciar el sprint final de los jugadores de Saski Baskonia, ya que gracias a esa «velocidad terminal» lograron descolgar a un correoso y muy bien armado MoraBanc Andorra. Ya el propio Pedro Martínez dejó claro que los 13 puntos de diferencia del marcador final no hicieron justicia a lo ocurrido en la cancha, puesto que hasta bien entrado el tercer período, los gasteiztarras le vieron la matrícula a los de Joan Peñarroya.

Ante todo, fue un partido raro, siguiendo parecida senda que la trazada el jueves ante Anadolu Efes, aunque con la evidente diferencia en el desenlace. Algo así como un globo desinflado, es la imagen que, por momentos, ofrece Saski Baskonia. Empezó con buen ritmo en cualquier caso, yéndose con un prometedor 19-10 al final del primer cuarto, sobre todo por la seriedad defensiva que mostraban los de Pedro Martínez. Pararon en seco a Albicy, al tiempo que Vildoza encontraba asiduamente a Diop. Asimismo, los triples entraban con bastante mayor facilidad que en el anterior partido de entre semana.

Pero Joan Peñarroya introdujo sus rotaciones, con especial mención para la locura que supone tener a Jaka Blazic en la cancha. El esloveno proponía correr cuanto fuera, al tiempo que el base suplente de Andorra, Jaime Fernández, otro jugador al que el cuerpo le pide marcha, le puso cabeza y tempo. Un tempo que empezó a tornarse visitante a partir del 28-20, con John Shurna y Oliver Stevic aprovechando las oportunidades que sus exteriores les brindaban, un pasmado Saski Baskonia se vio por detrás en el marcador 30-40, o lo que es lo mismo, cedía un parcial de 2-20, provocando un cabreo monumental de Pedro Martínez.

Sendas canastas de Voigtmann y Huertas dejaron el marcador 34-40 al descanso, casi una buena noticia después de ver los derroteros que tomaba el partido en el segundo período –cerrado con un parcial de 15-30–. No obstante, las señales que emitían los gasteiztarras no tranquilizaban nada.

De la técnica a los triples

A modo de síncope continuo, Saski Baskonia combinaba minutos de acierto y gran defensa con jugadas de errores, falta de concentración y descuidos. Como ejemplo más claro, los 16 balones perdidos.

Pero si hubo alguna jugada que transformó el partido fue la absurda técnica que se hizo pitar Colton Iverson, uno de los tres exbaskonistas que pueblan la plantilla andorrana. El pívot norteamericano celebró un mate rozando una patada a Voigtmann mientras festejaba su canasta colgado del aro y lanzaba el balón al fondo de la pista. Su efusividad le costó una técnica, el enfurruñe del respetable –con Dusko Ivanovic y señora en el palco, por primera vez desde su salida del club– y un cambio en el criterio arbitral, volviéndose esquizofrénicamente laxo o estricto. Joan Peñarroya sobreactuó en su papel de quejica a los colegiados, pero no le faltó razón al acusar de disparidad de criterios bajo ambos aros.

Gracias a ello, a varios robos –hay que reconocer que Luca Vildoza ha mejorado notanblemente en su esfuerzo y eficiencia en defensa–, forzados por varias presiones a toda cancha, e incluso una zona 1-3-1 que se le atragantó al Andorra –en respuesta a la 2-3 que propuso Peñarroya–, Saski Baskonia pasó de ir cayendo 49-56 a ganar 62-58 al final del tercer acto. Todavía restaba mucho para que se decidiera la suerte del partido, pero lo peor había pasado.

Faltaba rematar el partido. Diop cuajó una de sus actuaciones más destacadas, Shengelia metió canastas importantísimas por velocidad, el reaparecido Janis Timma fue mejorando y aportando conforme pasaban los minutos, y por encima de todo, Matt Janning rompió definitivamente el partido con una racha de ocho puntos de forma consecutiva.

La peor noticia, aparte de no conocer el alcance exacto del esguince que padece Granger, fue que Garino se lastimó dos veces el mismo dedo, sin olvidar que parece haber un bajón claro de energía en el bando gasteiztarra.

Martínez: «El equipo ha tenido respuesta»

Aunque durante varias fases se le vio algo sulfurado, Pedro Martínez dijo estar «bastante contento». Reconoció que «Andorra nos ha puesto en muchísimas dificultades, pero hemos tenido respuesta por parte de los jugadores, sobre todo los que están físicamente más frescos».

«La diferencia es absolutamente irreal sobre lo que se ha visto, pero lo que importa es que para sacar estos partidos que se tuercen, hace falta carácter, y el equipo lo ha tenido», sentenció el técnico. A. G.