Construyendo imputaciones

Cuando López Aguilar aun era ministro se dedicaba a tratar de evitar la excarcelación de presos políticos vascos a base de construir nuevas imputaciones. En otras palabras, ingeniería jurídica para evitar el cumplimiento de la ley. El tiempo le puso en su sitio: sus inventadas imputaciones no pudieron evitar la salida de un buen número de presos tras la sentencia europea que acabó con la doctrina Parot. Y él personalmente acabó con su carrera política acusado de ser un presunto maltratador.

Pero parece que pese a tantos reveses creó escuela, y hasta el Supremo español se apunta a lo de la ingeniería jurídica. Y así, en el caso Puigdemont se ha publicado a los cuatro vientos que el instructor del procedimiento, Llarena le acusaba de corrupción para acelerar la extradición. al pertenecer esta a un grupo de treinta acusaciones que permiten acortar la tramitación.

Cuando se detuvo al president en Alemania los medios españoles lanzaron las campanas al vuelo y no dejaban de felicitarse por lo listos que eran sus servicios de inteligencia al haberle colocado un geolocalizador para detenerle en un país que contemplaba en su legislación un delito similar al de la rebelión.

Ahora la justicia alemana les ha dado el sopapo inicial de que no cabe tramitar la euro orden por rebelión, al faltar el requisito imprescindible de la violencia y respecto a la malversación piden mas información, porque tampoco está nada claro que concurra ese delito. Confiados, seguramente, en la forma cuasi automática en que muchas veces se producen las entregas en este tipo de procedimientos, mandan un relato de hechos claramente vulnerador del principio acusatorio.

Ahora Rajoy ha puesto a trabajar a destajo a todo su aparato diplomático, para evitar el revés definitivo. Pero la euro orden española está tocada del ala. Y es que en poco tiempo pueden pasar de cantar victoria y decir que el catalán no era tan listo a recibir otro revolcón de la justicia europea.

Pues hala, a seguir construyendo imputaciones.