Anjel Ordoñez
Periodista
JO PUNTUA

Altsasu: el contenido de la paz

Hoy comienza en la Audiencia Nacional el juicio a los jóvenes de Altsasu. Sube el telón de una farsa absurda, increíble e irracional que ha puesto en pie a la gran mayoría de la sociedad vasca, como se demostró el sábado en la multitudinaria manifestación desarrollada en Iruñea. Pero, sobre todo, hoy comienza una farsa dramática, desoladora y desgarradora para los implicados, sus familias y amigos, que comprueban con estupor y temor cómo un desafortunado episodio que debería haberse resuelto con un limitado recorrido penal se ha convertido en una seria amenaza vital.

Han pasado seis años desde que ETA anunciase su decisión de abandonar las armas. Una determinación que buscaba, de forma unilateral, romper con esquemas enquistados durante décadas y abrir vías para emprender el camino hacia un futuro en libertad y democracia. En la arena política vasca, cada cual deberá valorar los esfuerzos que ha hecho para gestionar esa oportunidad y los riesgos que ha asumido para convertirla en una realidad.

Pero si algo ha quedado demostrado en estos seis años, y sin lugar a dudas, es que el Estado español ha quedado totalmente al margen de este nuevo tiempo. No solo evita comprometerse en la negociación de un modelo que suprima las causas que provocaron tanto sufrimiento en el pasado, sino que parece haber impulsado con fuerza una vía que se dirige justo en la dirección contraria, como demuestran el juicio que hoy comienza en Madrid, o la implacable represión con la que tratan de aplastar las aspiraciones catalanas.

Los jóvenes de Altsasu deben regresar a sus casas, a su pueblo. Libres. Ya. No cabe esperar otra cosa. Pero, en cualquier caso, el esfuerzo, la determinación y la dignidad que en los últimos meses ha demostrado Altsasu en la defensa de la justicia es un ejemplo indiscutible del camino que nos llevará a alimentar con contenidos reales, tangibles, una paz que se defina en positivo. Porque la paz, para que pueda ser duradera, debe ser mucho más que la ausencia de violencia.