La manifestación arrancó de la plaza del Ayuntamiento tras una pancarta que reclamaba «hemen eta orain» –aquí y ahora– una pensión de 1.080 euros mensuales y catorce pagas. Desde allí, comenzaron a recorrer las principales calles de Alde Zaharra exigiendo una huelga general y coreando consignas como «Rajoy y Cospedal, a Soto del Real» o «El capitalismo es terrorismo».

«Tenemos la experiencia de que las pocas mejoras que hemos conseguido en materia de pensiones como las de las viudas o la revalorización conseguida este año a las pensiones más bajas, aunque son insuficientes, se han logrado en Nafarroa», apuntó Sebastián Rosino antes de que la protesta comenzara. «Si la gestión de las pensiones se hiciera aquí, todo iría mejor. Esto afecta a los 135.000 pensionistas que hay en Nafarroa, aunque hoy no hayan venido todos. Y a futuro, si se aplica lo que pretende Madrid, afectará a los demás también», continuó el portavoz para señalar después que aplicar el «factor de sostenibilidad» y ligar la pensión a la esperanza de vida «constituye una barbaridad».

Tras recorrer parte de la calle Mayor, la protesta cruzó por la plaza de San Francisco hasta llegar a la calle San Nicolás, que prácticamente resultó tomada por los pensionistas enarbolando pancartas, palos con chorizos colgando y tronando sus lemas desde altavoces. La protesta sorprendió a quienes tomaban el vermú, pero fue bien acogida en general, con algún que otro escandalizado cuando se pedía cárcel para el presidente del Gobierno y la ministra de Defensa.

La marcha dejó atrás la plaza del Castillo y enfiló por la calle Estafeta. Fue acogida con aplausos a su entrada en Mercaderes, antes de terminar el acto de nuevo frente al Ayuntamiento.

Jóvenes y parlamentarios

Además de los pensionistas, tomaron parte en la protesta sindicalistas de LAB como su responsable en Nafarroa Imanol Karrera o Berta García, así como las parlamentarias de EH Bildu Bakartxo Ruiz y Asun Fernández de Garaialde. El movimiento juvenil Ernai se sumó con su propia pancarta que rezaba “Gazteok pentsionistekin”.

La manifestación terminó con la lectura de un comunicado leído por Rosino y Arantxa Iturrarte. «No solo estamos en contra del 0,25% de incremento de las pensiones y exigiendo que la revisión anual garantice el IPC. Exigimos a los gobiernos de Madrid y Nafarroa que, al amparo de los criterios de la Carta Social Europea, garanticen a los pensionistas 14 pagas de 1.080 euros como mínimo digno», proclamaron. Además, hicieron hincapié en el fenómeno de la feminización de la pobreza, también presente dentro del colectivo pensionista, pues casi dos de cada tres de los pensionistas que no alcanzan los 1.100 euros mensuales es mujer.

«No estamos de acuerdo con el modelo de gestión estatal de las pensiones. Pensamos que seguir atados a la caja única nos condena a la más absoluta de las pobrezas, sin existir la más mínima garantía para que las personas pensionistas puedan dotarse de la protección necesaria para una vida digna después de decenas de años de aportar a la caja», señaló Iturrarte.

La protesta se cerró al grito de «Gora nafarroako pentsionistak», después del cual los presentes insistieron en la necesidad de realizar una huelga general para parar al PP y recuperar unos ingresos dignos.