Iker Bizkarguenaga
Periodista
IKUSMIRA

El pueblo permanece

Tras pasar unos días en Irlanda y constatar que Falls mantiene indeleble su carácter, da pereza volver a casa y leer los mismos titulares de siempre con exigencias imposibles de contrición. Más aún, cuando uno mira por el retrovisor y se encuentra con las declaraciones de Xabier Arzalluz después de que mataran a Argala: «Quienes entregan la vida por su pueblo merecen nuestra admiración y respeto, aunque reconozcamos todo cuanto nos separa de sus modos de actuación». Iñigo, Andoni, «admiración y respeto» decía.

Tengo en mi escritorio el prólogo que Argala escribió para el libro de Jokin Apalategi, “Los vascos, de la nación al Estado”, un documento de mucho peso político que trasciende su propio contexto. Por ejemplo, cuando señala que «no era el Estado dictatorial franquista (…) la única causa de la existencia de la opción independentista, sino también la incomprensión históricamente demostrada por los partidos obreros españoles frente a la cuestión vasca», o al afirmar que «nosotros renunciamos a intentar determinar cómo ha de configurarse el proceso revolucionario español, y muchos estaríamos dispuestos a ayudarles en su tarea. Pero a cambio exigimos que a los trabajadores vascos se nos respete el derecho a decidir desde hoy cómo queremos construir el futuro, nuestro futuro». ¿Les suena?

Antes de morir, Argala expuso en un mensaje grabado que «ninguna organización, por grande que sea, puede resolver los problemas de la clase trabajadora vasca. Únicamente el pueblo trabajador vasco puede solucionar sus problemas». Las siglas van y vienen; el pueblo permanece. Determinado e indisoluble.