Jon ORMAZABAL

La (r)evolución, según Jokin Altuna

El de Amezketa remontó un 7-0 y un 14-9 a Urrutikoetxea para dejar al Manomanista sin ninguno de sus cuatro cabezas de serie.

URRUTIKOETXEA 16

ALTUNA III 22


Jokin Altuna escogió el Primero de Mayo para confirmar el golpe al poder establecido que se ha dado en este Manomanista en el que, con la eliminación de Urrutikoetxea, los cuatro cabezas de serie han quedado eliminados a las primeras de cambio. Sin embargo, en el caso del amezketarra, sería más justo hablar de evolución que de revolución, que es la que ha llevado al delantero de Aspe a convertirse a un aspirante a todo, también en el mano a mano. Joseba Ezkurdia será su rival en semifinales el día 13 en Bilbo, con lo que Aspe vuelve a asegurarse, al menos, un finalista.

No será la primera vez que el amezketarra dispute el pase a la final más esperada del año en la cancha de Miribilla, también lo intentó hace dos años ante el propio Mikel Urrutikoetxea, que le trituró con un contundente 22-6, sin darle la menor opción, ni siquiera, a competir. El guipuzcoano parecía entonces un pelotari bonito y prometedor, pero algo corto para jugar en toda la cancha.

A pesar del varapalo, fue el propio Altuna el que más creyó en sí mismo, el que insistía en que, no sabía cuándo, pero que llegaría a ser un gran manomanista. Esa fe necesitaba de un resultado que lo avalara, y qué mejor que hacerlo ante un Urrutikoetxea que había quedado como el gran candidato tras la temprana eliminación de los dos últimos campeones.

Y, siendo mucho más fiel a sí mismo que su rival, con un juego correcto y sin fisuras, con el saque como principal arma, se adelantó, en apenas 53 pelotazos, 7-0 a un Altuna que parecía confiar en exceso en su mejoría en el juego a bote, que no terminaba de poner en liza ese juego valiente y sin mirar por el retrovisor que se está imponiendo últimamente.

Una dejada del ancho al ancho sirvió al amezketarra para poner fin a la hemorragia y, por mucho que el resto volviera a ser el recurso más desequilibrante de un Urrutikoetxea que no terminaba de gozar del todo sus pelotazos, variando con sentido y eficacia su primer pelotazo, Altuna fue metiéndose en el partido y encontrándose a sí mismo.

Primer acercamiento

Su primer arreón no fue suficiente para lograr la primera igualada, (11-9), pero su volea comenzó a mostrarse efectiva para incomodar a un rival que comenzaba a notar la presión al ver que el partido había cambiado de guión.

Un fallo en el saque-remate le dio algo de aire a Urrutikoetxea, que volvió a abrir un pequeño hueco de 5 tantos con un bonito dos paredes de volea. Sin embargo, Altuna le pagó con su misma moneda al tanto siguiente, Saralegi acertó al recomendarle sacar una pelota de las del de Zaratamo y el amezketarra castigó a su rival sin ningún tipo de piedad.

Ahí salió todo el instinto de un Jokin Altuna que, sacando a la perfección, variando saques más cortos con otros más bombeados, derrumbó la gran defensa a resto del de Zaratamo que terminó el partido como si su rival lo hubiera sacado de punto.

Y es que, hasta en eso pareció ayer superior Altuna. Si hace apenas 20 meses el guipuzcoano daba una imagen de pelotari frágil, ayer corroboró que su evolución también ha sido física, terminando mucho más entero que uno de los pelotaris más preparados, también en este apartado, del cuadro.