MAY. 05 2018 Urkullu censura a Etchegaray en una entrevista concedida a «Sud-Ouest» I.A. DONOSTIA Solo hay un lehendakari, Iñigo Urkullu, y Jean-René Etchegaray tiene una visión equivocada sobre el papel del sur del país en la resolución del conflicto. Fueron los dos mensajes lanzados por Urkullu en una entrevista publicada precisamente ayer, el día de Arnaga, en “Sud-Ouest”. Urkullu ha hecho gala estos años de mostrarse toscamente sincero, visiblemente molesto si considera que su cargo de lehendakari no queda en el lugar que debe, o que él cree que debe. Así ha sido, por ejemplo, con los mediadores internacionales, a los que ha reprochado durante estos años ser unos ingenuos y estar manipulados por la izquierda abertzale. Su descontento lo ha llegado a hacer público, mientras los agentes internacionales continúan tirando de diplomacia y agradeciendo a Urkullu su colaboración. Lo volvieron a hacer el jueves en el acto de Ginebra. El lehendakari piensa que con el presidente de la Mancomunidad de Ipar Euskal Herria le ha salido una china en el zapato, y así lo ha expresado públicamente en el final de ETA, y lo ha hecho precisamente donde puede tener mayor eco, en el diario “Sud-Ouest”. En la entrevista publicada en el principal periódico que se distribuye en Ipar Euskal Herria, Iñigo Urkullu sentencia que es falso que no se pudiera realizar una conferencia como la de Kanbo en la Comunidad Autónoma Vasca. «Aiete, el punto de partida, fue aquí. ¡Estábamos listos! Pienso que Jean-René Etchegaray desconoce algunas cifras: ETA mató a cinco personas en Francia, 850 aquí, con consecuencias sociales y políticas que están mucho más presentes diariamente. Nuestro gobierno administra un presupuesto de 11 mil millones de euros con tres ámbitos administrativos que dependen de él. Hay sin duda tres presidentes de colectividad, una en Francia, Navarra y el País vasco, pero hay solo un lehendakari, y sin falsa modestia, está aquí», afirma Urkullu, para conclucir que «lo importante es el fin de ETA, pero es aquí, sobre los lugares donde se sufrió, donde habría debido producirse». En la reunión celebrada en Arkaute los días previos al desarme del 8 de abril de 2017, Etchegaray intentó que Urkullu, y Barkos, acudieran a los actos institucionales previstos en Baiona. Urkullu le llamó ingenuo. Consideraba que, como los mediadores internacionales, le estaba haciendo el caldo gordo a la izquierda abertzale. Urkullu sí estuvo en Aiete, como presidente del PNV, pero luego se ha ido borrando de las principales citas (el desarme y el fin de ETA). Incluso ha confesado en privado que también en Aiete, en 2011, se sintió muy incómodo.