Urkullu: 7.140€ al mes, pensionistas: 1.080€

Los pensionistas lanzaron el guante al lehendakari Urkullu –supongo que también estaba interpelada la lehendakari Uxue Barkos– para que acudiera a las manifestaciones que se celebrarán el 26 de mayo en las cuatro capitales vascas en demanda de unas pensiones dignas. Es decir, nunca por debajo de los 1.080 euros. La contestación oficial fue que «por norma» el Gobierno no va a manifestaciones. Solo a las que quiere. ¿A caso los «saraos» de la élite económica y empresarial no son manifestaciones? Y allí están muy presentes. ¿Por qué será?

No soy ingenuo. Lo que me sorprendió, en realidad, fueron las declaraciones que realizó Iñigo Urkullu diciendo que el sistema «no está preparado para pensiones mínimas de 1.080 euros», porque se contraponen al Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Como siempre, hace trampas. Su partido, el PNV, tiene una oportunidad de oro para cambiar el SMI y ajustarlo a la media de la UE, es decir que suba, al menos, un 40% y, así, estaría equilibrado.

Pero, no. Tiene que atender a sus aliados: la élite económica, que no quiere esas subidas porque les recortaría sus enormes beneficios económicos. Por cierto, señor lehendakari quien perciba el SMI en 2018 recibirá 10.302,6 euros anuales y usted con un mes y medio de nómina cobra más, porque (con la subida del 1,5%) obtendrá casi 100.000 euros, 7.140 euros al mes; mientras que 250.000 pensionistas se quedan por debajo de los 700 euros y son más de la mitad los que no pasan de 1.000 euros. Solo demandan 1.080 euros al mes, que ya es desequilibrio, ¿verdad?