Jon ORMAZABAL
Pelota

Jokin Altuna da la vuelta al síndrome Benjamin Button

El de Amezketa se impuso a Ezkurdia en una emocionante semifinal y jugará su primera final ante Aimar.

EZKURDIA 17

ALTUNA III 22

 

Aimar Olaizola y Jokin Altuna jugarán, dentro de dos semanas, una final del Manomanista tan inesperada como atractiva. Si al de Goizueta se le puede asociar el síndrome Benjamin Button, el de la película cuyo protagonista crece con el cuerpo de una persona de 80 años y con el transcurso del tiempo va rejuveneciendo, el de Amezketa podría ser su antítesis o antihéroe, pues pocos eran los que dudaban de que llegaría a aspirar a la txapela más importante de la temporada, pero nadie esperaba que fuera tan pronto.

Serán 16, casi 17, los años que separarán a los dos aspirantes a suceder a Oinatz Bengoetxea en el palmarés, pero no parece que la madurez y la experiencia será un factor determinante para el de Asegarce, ya que por mucho que Olaizola sea infranqueable en ese terreno, Jokin Altuna demostró ayer que también va muy por delante al resto en ese tan importante apartado.

Porque ayer, gracias a esa magia y ese acierto tan suyos, hubo momentos en los que pareció que su pase a la final iba a resultarle hasta cómodo, pero fue su capacidad de sufrir y su mejor toma de decisiones –cualidades asociadas habitualmente a la edad–, las que le dieron el triunfo final.

Un partido en tres fases

Y es que, con el saque como base de su juego, enseguida comenzó a manejar ventajas importantes de hasta siete tantos en el 6-13. Joseba Ezkurdia, precipitado, era incapaz de dar altura a sus pelotazos como sí hizo ante Irribarria y, cerca del frontis, lo de buscar los ángulos se le da mucho mejor al campeón del Cuatro y Medio.

Ezkurdia, por contra, no acertaba con el saque y hubo restos de Altuna III con los que incluso pasó a dominar, algo impensable antes de la evolución física del amezketarra. Con todo, es en ese apartado donde mayor margen de mejora se le intuye a Altuna III y, una vez descargada la tensión, Joseba Ezkurdia le fue cobrando factura.

Dos chapas consecutivas del delantero azul dieron aire a Ezkurdia que, comenzó no solo a atacar con el saque, sino a dar altura a sus pelotazos, el mejor antídoto a la magia rival.

Lejos del frontis, Altuna fue descargándose hasta saltarle todas las alarmas cuando un Ezkurdia crecido logró darle la vuelta al marcador y adelantarse 17-15. Altuna parecía fundido pero su rival cometió el craso error de darle vida al mandar a las tablas un dos paredes de sotamano cuando lo tenía todo para adelantarse 18-15. Fue el inicio de su fin. Altuna recuperó el saque, hizo tres tantos de manera directa, otro más de saque-remate y firmó el pase a la final.

 

«El trabajo me ha traído hasta aquí»

Cansado, «más muscularmente que de caja», pero enormemente feliz, Jokin Altuna hacía un balance inmejorable de un Manomanista en el que llega hasta la última estación por vez primera. «Para mí esto es la leche, más viendo lo que tenía por delante, para mí este tipo de pelotaris son los peores, son muy largos, tienen mucho golpe y yo creo que físicamente todavía puedo mejorar. Pero bueno, tengo que jugar con lo que tengo. Yo me siento fuerte pero luego está claro que tengo 22 años y tengo que enfrentarme a pelotaris de 27, 28, 30 años, o 38 como Aimar, y hay diferencias. Pero estoy muy a gusto con el campeonato que he realizado», apuntó.

El pelotari de Amezketa reconoció que le hace «mucha ilusión» poder jugar una final contra Aimar Olaizola, «ambos estamos haciendo un año muy bueno y creo que ambos merecemos jugar esta final». «Sé que ha sido el trabajo el que me ha traído hasta aquí, pero no quiero relajarme», añadió. J.O.