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BALONCESTO

Una plantilla mal elaborada que no ha logrado funcionar

Al margen de la planificación y de la gestión del club, Bilbao Basket ha pagadocon el descenso el pobre rendimiento que han ofrecido plantilla y técnicos.

A la histórica mala gestión de Bilbao Basket y a sus problemas económicos, esta temporada han tenido que sumar el pobre rendimiento de la plantilla, el mismo que mantenía a flote al club en los últimos años.

Tanto jugar con fuego, la entidad bilbaína ha terminado quemándose porque los jugadores no han funcionado y tampoco han cuajado los diferentes relevos a los que han sido sometidos en la dirección técnica.

Ni los veteranos Mumbrú (38 años) y Hervelle (35) son el soporte de años anteriores, ni Jonathan Tabu el jugador decisivo que se esperaba cuando fue contratado hace ya dos años.

Los americanos Mickel Gladness, Devin Thomas y Shane Hammink no elevan el nivel del grupo y los jóvenes Dejan Todorovic y Lucio Redivo no están aún preparados para un liderazgo anotador en la ACB. Luego están apuestas fallidas como las de Jameel McKay, Tim Kempton o el brasileño Ricardo Fischer.

Javi Salgado (37) se ha visto obligado a un protagonismo para el que no fue llamado en su retorno, Borja Mendia ni es utilizado, el joven Vasilije Vicetic dejó de contar con Mrsic y hay que preguntar para qué llegaron en su día Ben Bentil y Nikola Rebic, calificado por Mrsic como «una apuesta de futuro».

Incógnitas

Precisamente es el futuro lo que no tiene asegurado un Bilbao Basket cuya continuidad en la élite del baloncesto estatal depende de que los equipos de LEB no puedan asumir el ascenso.

Aun así y con el aval de 8.000 asistentes a Miribilla, deberá solucionar una situación económica más que complicada que tampoco le permite asegurar que continuará en competición.