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La Iglesia de Chile, dispuesta a asumir los abusos sexuales a menores


El papa Francisco convocó en el Vaticano a todos los obispos chilenos para abordar los abusos sexuales a menores encubiertos durante décadas. «En primer lugar queremos comunicar nuestro dolor y vergüenza. Dolor porque hay víctimas de abusos y vergüenza porque esos abusos se produjeron en ambientes eclesiales, donde jamás deberían suceder este tipo de abusos», remarcó el secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, el obispo Fernando Ramos, quien afirmó que están dispuestos a entonar un «gran mea culpa».

Los 34 obispos, 31 de ellos en función y tres eméritos, mantendrán reuniones con el papa y el cardenal Marc Ouellet.

Francisco los convocó después de haber defendido públicamente al obispo de la diócesis de Osorno, Juan Barros, a quien las víctimas acusan de que sabía que el cura Fernando Karadima abusó durante años de menores. El papa, que hizo obispo a Barros, le apoyó en varias ocasiones, también durante su viaje a Chile, e incluso rechazó su renuncia hasta en dos ocasiones pese a la insistencia de las víctimas.

El obispo Ignacio González, quien trabaja desde algunos años con víctimas de abusos, en particular menores, adelantó que «se está estudiando la imprescriptibilidad de esos delitos». «Si hacemos las cosas bien, con humildad, esperanza, efectivamente pensamos que podemos reparar con tiempo todas las heridas de la sociedad chilena y de las víctimas, que son lo primordial para la Iglesia en este momento», dijo.

«Si persiste el problema, el dolor y la indignación de algunas víctimas, quiere decir que no hemos hecho bien nuestro trabajo, que hay que mejorarlo», añadió Ramos.