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Las detenciones de feministas evidencian el alcance de la reforma en Arabia Saudí


La satrapía de los Saud ha acusado de «traición» a la decena larga de militantes por los derechos humanos de la mujer detenidos en los últimos días, con lo que envía un mensaje-advertencia claro: «el cambio solo vendrá desde arriba».

Las redadas tienen lugar a pocas semanas de la entrada en vigor el 24 de junio del fin de la prohibición a las mujeres para conducir. Precisamente, las y los militantes detenidos llevan años luchando por ese y por otros derechos. Un militante anónimo destaca el momento crucial elegido para las detenciones: «Poder conducir no es un derecho que las mujeres pueden reivindicar, no es el resultado de una lucha. Es una gracia que el rey y a familia real han concedido al pueblo».

Las autoridades saudíes han acusado a los detenidos de tener «contactos sospechosos en el extranjero», así como de socavar «la seguridad y estabilidad» del Estado saudí.

Analistas internacionales señalan que estas redadas socavan la campaña internacional de relaciones públicas del príncipe heredero y hombre fuerte, Mohamed Ben Salman (MBS) por las cancillerías occidentales

Cálculos internos

No obstante, otras fuentes internas apuntan a que el objetivo de la redada sería un reposicionamiento entre «liberales» y conservadores y, al dejar que los detenidos sean objeto de una campaña difamatoria en los medios y en las redes. permite al régimen situarse en el centro.

Una militante feminista asegura, bajo condición de anonimato, que «si alguien creía que iba a poder presionar para que se eceleren los cambios estaba equivocado. La naturaleza y el ritmo de las reformas están bajo total control de la monarquía absoluta». Entre la detenidas están Loujain al Hatloul y Aziza al Yusef, símbolos de la joven y la veterana generación feminista, además de Iman al Nafyan y el letrado Ibrahim al-Madmyegh, tildado de «abogado del diablo» por la prensa del régimen.