Los Warriors se citan con los Cavs en su cuarta finalísima
Los de Oakland remontaron 15 puntos de desventaja gracias a Durant y Curry,y un parcial de 15-33 en el tercer período ante unos Rockets sin Chris Paul.
La foto se mueve para que todo siga exactamente igual. Hace uno año Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers accedían a su tercer cara a cara en unas Finales de la NBA después de perder, entre los dos, solo un partido en toda la postemporada. Un año después, ambas franquicias vuelven a retarse en pos del anillo, pero después de haberse visto contra las cuerdas, teniendo un 2-3 adverso que remontar y dando gracias por tener a las estrellas más desequilibrantes del baloncesto de nuestros días.
Kevin Durant con 34 puntos y Stephen Curry con 27 –por no aburrir con números y más números de los Klay Thompson o Draymond Green–, fueron los artífices del triunfo de los entrenados por Steve Kerr en el desempate de las Finales de la Conferencia Oeste. Un 92-101 final fraguado en el tercer cuarto; 12 minutos de magia y locura de los Warriors; después de padecer a lo largo de los dos primeros asaltos, llegando a verse hasta con 15 puntos de desventaja a pesar de que en los Rockets volviera a ausentarse por lesión Chris Paul; para voltear el marcador con un parcial de 15-33 y, por ende, voltear también el signo de la eliminatoria.
Los Rockets echaron de menos los puntos, las asistencias y el control del tempo de su base titular. Pero aún echaron más de menos el acierto en el triple de Eric Gordon y James Harden; entre los dos firmaron un ilevantable 2 de 25 desde más allá del arco –por no hablar del 0 de 9 del bueno de Trevor Ariza–. Clint Capela y PJ Tucker, en cambio, estuvieron bastante más finos.
El cansancio –Mike D’Antoni manejó una rotación efectiva de seis jugadores, ya que Joe Johnson y Ryan Anderson jugaron menos de 10 minutos– acabó por pasar factura a la franquicia texana, tras haber hecho lo que parecía imposible: obligar a Steve Kerr y a los suyos a cambiar su estilo, cayendo en la trampa del Isoball –es decir, que han abusado de los aclarados, especialmente para Durant–. Hasta estas Finales de Conferencia, los Warriors han promediado entre 6 y 7 situaciones de aclarado por partido, mientras que frente a los Rockets se han disparado hasta los ¡20! por duelo, lo cual ha cortocircuitado su circulación de balón, provocado más pérdidas y los ha obligado a forzar en defensa, con el agravante de la lesión de Iguodala –ausente en los últimos partidos–. Pero su cuento ha tenido final feliz y vuelven a ser favoritos para revalidar el anillo ante los Cavs.
Sin premio para nostálgicos
Los nostálgicos ansiaban unas Finales entre Boston y Houston, reedición de aquellas que, en 1986, dieron el decimosexto título –el archiconocido Sweet Sixteen– a unos inolvidables Celtics de Dennis Johnson, Ainge, Bird, McHale, Parish y Bill Walton, frente a unos Rockets comandados por las Twin Towers Akeem –aún no Hakeem– Olajuwon y Ralph Sampson. Las lesiones y el talento de los rivales han resultado insuperables.