Raimundo Fitero
DE REOJO

Periodismo

Los calores provocan mengua de espíritu crítico, menos al portavoz de la banda, Rafael Hernando, que parece todavía más troglodita en sus comparecencias disparando como un mono loco. La posible retirada de las medallas al torturador reconocible, porque hay muchos otros torturadores que nadie señala, pero que siguen disfrutando de sus pagas. Lo de Billy el Niño es un caso paradójico, pero viene bien en estos calores y retrata a Hernando, el de Almería. Un personaje que sostiene toda la oposición posible del PP, es decir, la de los bares de carretera, puticlubes y de carajillos de güisqui segoviano. Un prototipo de español con banderita en la correa del reloj y palillo entre los dientes. Su sistema neuronal es un poco mayor que el de una ameba. Me despisto. A lo que íbamos: desde hace semanas en “El Intermedio”, ese lugar para el consuelo, su presentadora Sandra Subasté, entrevista a mujeres relevantes en sus profesiones, y el martes le tocó a Soledad Gallego-Díaz, la actual directora de “El País”, diario que parece haberse quitado la costra anaranjada y vuelve a la moderación de centro-izquierda. Es una mujer periodista, con muchos quinquenios y con mucha sabiduría y una estructura ética muy  sólida. 

En la misma cadena Mamem Mendizábal estrenó programa de título “Scoop”, y fue una buena entrega, muy elaborada y nos habla del Qatargate, que es el lugar del desierto arábigo donde dentro de cuatro años se celebrará el Mundial de Fútbol. Un escándalo de dimensiones inabarcables. Una corrupción evidente. El formato del programa es bueno, ella lo hace muy bien, muy involucrada, narrando en primera persona, y esta primera entrega se convirtió en  una loa muy explícita al periodismo como posibilidad de ejercer un contrapoder. Habrá que seguir sus entregas. Para ciertas cosas, La Sexta es una isla, o un oasis.