Raimundo Fitero
DE REOJO

Fabricando

Está mal titular con un gerundio, pero es que se trata del título de un programa de divulgación que emite La 2, “Fabricando. Made in Spain”, y como se puede entender es una versión propia de esas series tan historiadas y reiterativas que nos explican cómo se hacen las cosas más inverosímiles. Aquí, se trata de fábricas estatales, y podemos ver desde la fabricación de zapatillas de yute hasta gusanitos, pasando por turrones, jabones o hélices, por señalar algunos de los que he presenciado. De este formato destacaría su simplificación, el joven equipo de reporteros, el acercamiento a sistemas de producción muy mecanizados, de alta tecnología incluso, pero donde todavía cuenta una parte de factor humano que además se incorpora en cada entrega al final, pues en coro dan paso al resumen y lo que tiene de experiencia por los conocimientos de la diferencia entre un turrón de Jijona y uno de Alicante que uno puede acumular para convertirse en un mejor cuñado. O cuñada. De verdad que lo hacen ligero, con gusto.

En este “Made in Spain”, no sé dónde colocarán la fabricación industrial de una ciudadanía descreída de la Justicia con casos tan espectaculares como el juez Llarena, que es un ridículo en sí mismo, si no estuviera jodiendo la vida de personas cuyo único delito ha sido ejercer de políticos. Un escándalo que crece. Ahora retira la eurorden. ¿Nadie le puede mandar al frigorífico como hacen con los árbitros de fútbol cuando se equivocan? Lo de La Manada empieza a ser una cuestión de Estado. Todo está cargado de sospechas. Las demoras, los privilegios de los militares en sus cárceles especiales. Y lo del Emérito, el Campechano, el suegro de Urdangarin, con Corinna y ese ángel de la cloacas, Villarejo, que huele tan mal, que vuelvo a insistir en la coplilla: «Es la ley, es la ley, que no se la salta, ni el papa ni el rey». Menos en Made in Spain.