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Hablemos claro sobre el TAV


Afortunadamente, cada vez más navarros y navarras son conscientes de la necesidad de un tren moderno y eficiente para la Comunidad Foral. Ya ha dejado de calar ese discurso simplista con el que nos atacan los grupos partidarios del TAV acusándonos de querer, prácticamente, un tren de vapor con personas hacinadas. Además, se atreven a decir que no estamos a favor del progreso, pero este discurso cae por su propio peso.

Y es que hasta el mismo Tribunal de Cuentas Europeo nos ha dado un tirón de orejas asegurando que el TAV en España se ha hecho a golpe de populismo político (PP y PSOE no han hecho ni uno solo informe que estudie las necesidades, la rentabilidad ni el coste medioambiental de esta obra), con altos sobrecostes económicos, grandes retrasos en las obras (aquí llevamos 25 años de promesas) y baja rentabilidad socioeconómica de la infraestructura.

Recordemos que somos la segunda red de alta velocidad mundial por número de kilómetros mientras que contamos con uno de los porcentajes más bajos de personas que viajan en ellos. Además, el TAV haría desaparecer los servicios de cercanías y media distancia, aislando a los vecindarios de Tafalla, la Zona Media, Tudela o Sakana. Curiosamente, distintos estudios confirman que el 93% de quienes viajan lo hacen en estos servicios que son utilizados a lo largo del país por 2 millones de desplazamientos al día frente a los 23.000 de la alta velocidad y la larga distancia. Eso sí, pocas oportunidades damos a los servicios más utilizados ya que por cada euro de red convencional nuestros gobiernos invierten 100 en alta velocidad.

Es un escándalo observar cómo hay quien ha llenado sus bolsillos en nombre del progreso. Basta con seguir casos como el de ADIF, que afecta a Cataluña, Castilla León, Galicia, Asturias o Euskadi y que ha implicado sobrecostes, pagos de trabajos no realizados, materiales de peor calidad de la que se había pagado, plazos incumplidos, regalos y sobornos a altos cargos. O el caso del AVE Alicante-Murcia en el que se han superado en un 676% los costes inicialmente previstos.

En Podemos tenemos muy claro que debemos mejorar las vías y el vallado de parte del recorrido del trayecto Pamplona-Madrid, lo que permitiría aumentar la velocidad media y reducir el tiempo de viaje en 18 minutos, dejándolo en 2 horas y media, situando al tren en una posición muy competitiva frente al avión y reduciendo el tráfico en carretera. En este sentido, la mejora de la vía convencional actual no solo permitiría mantener abiertas las paradas de Alsasua, Tafalla y Tudela sino que repercutiría directamente en los servicios de media distancia que unen Pamplona con Vitoria, Irún y Zaragoza. Para hacer frente al modelo ruinoso del TAV que, por cierto, está al alcance de unas pocas personas y que no tiene en cuenta el transporte de mercancías, proponemos a su vez, mejorar la vía del actual trazado ampliándolo a una segunda vía que permita duplicar el tráfico e incluir un tercer carril apto tanto para trenes con ancho de vía ibérico, como trenes de ancho de vía internacional para conectar la salida de mercancías a través de Irún conectándonos con toda Europa.

Todo ello con el fin de cohesionar nuestro territorio para acabar con desigualdades históricas entre el ámbito rural y urbano, con la vista puesta en el respeto al medioambiente y con un coste muy inferior a esta obra faraónica, que endeudaría a nuestras futuras generaciones.

Desde los municipios hasta el Senado, pasando por el Parlamento navarro y el Congreso decimos alto y claro sí al progreso y por supuesto sí a un tren moderno, eficiente y que esté al alcance de toda la ciudadanía, un tren público y social, algo que no deja de ser un derecho democrático fundamental de cada navarro y navarra.