Al igual que el eclipse de sangre de la luna, en RTVE están alineándose los astros, las circunstancias y las decisiones personales para que podamos intuir que se va a producir una transición que probablemente lleve a una estabilidad más democrática en su funcionamiento general y, especialmente, aligere la manipulación y la preponderancia del partido con la mayoría absoluta en la iniciativa informativa positiva o incluso propagandística.

En pocas horas de diferencia en el parlamento nombran a Rosa María Mateo como Administradora Única del ente RTVE hasta que se resuelva el concurso de méritos que se ha convocado para elegir al director o directora general que emprenda el proceso real de transición hacia otro modelo más alejado de las consignas partidistas y se entre en una supuesta bondad equitativa, un buen trato de los recursos y, en el caso de TVE, se tendrá que analizar, de paso, su estructura, sus objetivos, su oficialidad entendida como servicio público y un largo etcétera que probablemente se quede en apuntes y no en reglamentos o leyes. El nombramiento de Rosa María Mateo, la que durante muchos años fue imagen de los telediarios, llena de sobriedad y eficacia, se salvó por los pelos. La mayoría que sustenta a Pedro Sánchez es muy volátil. Se huelen elecciones.

A las pocas horas, otra de las imágenes icónicas, Mara Torres, que durante doce años ha conducido La 2 Noticias, se despedía. Una despedida voluntaria. No ha dado muchas explicaciones. Es una mujer con intereses literarios, con otras aspiraciones, me supongo. Ha mantenido un espacio informativo en La 2 a horas intempestivas, y ha sabido dotarle de interés y estilo en otros claves comunicacionales. Le habían ofrecido formar parte del consejo de administración de RTVE y lo había rechazado.