AUG. 22 2018 DE REOJO Gatillo Raimundo Fitero De nuevo se demuestra que los mossos y mossas tienen una facilidad demasiado desarrollada para apretar el gatillo contra los que ellos consideran peligrosos. La comisaría de Cornellá encierra un montón de dudas, mentiras y cintas de vídeo que no sirven para otra cosa que para aumentar la inquietud. A las seis de la madrugada un tipo llama al portero automático de la comisaría que está al lado de su casa, entra, grita en árabe con un cuchillo en la mano y recibe tres tiros, uno de ellos en la cabeza. Muere y se convierte en un terrorista, aunque nadie haya podido demostrar absolutamente nada. Su caso está, por este motivo, en la Audiencia Nacional. Y no digo la jueza que ha admitido el asunto para no introducir una duda mayor. Los medios de información repiten intoxicaciones, rumores, declaraciones, aproximaciones a una realidad imposible de discernir sin caer en alucinaciones veraniegas. La más asquerosa y que está siendo difundida sin pudor es que se trataba de una especie de suicidio porque era gay. Dicen que eso es lo que cuenta su exmujer, que descubrió su homosexualidad. Y asegura que el hombre argelino estaba muy turbado por si se sabía en su ámbito religioso porque podía ser expulsado. He sentido mucha vergüenza al escribir lo anterior. Xenofobia, islamofobia y homofobia en una misma frase. Lo cierto es que Zipi y Zape han salido a opinar ante los medios, porque deben tener obligación constitucionalista de dar declaraciones cada día de lo que les rote. Y Casado ha pedido reunión urgente del pacto anti yihadista. Un fanático. Y los cuñados de Rivera andan muy entretenidos con los lazos amarillos como si fueran culebras. Pidiendo como locos el 155. ¿Nadie cuestiona que se le pegue cuatro tiros a un individuo con un cuchillo dentro de una comisaría? En las series de la tele no va así la cosa.